Lo que no debemos hacer los colombianos

291 0

Por Hernando Fernández de Castro 

Es triste y desolador lo que están viviendo los venezolanos por haber creído en promesas populistas de parte de un líder, que como Chávez, les supo inculcar odio y repudio de clases, para llegar al poder, haciéndoles creer a sus compatriotas que él era la solución a todos sus problemas.

El populismo promesero irresponsable, es la herramienta que utilizan los politiqueros de izquierda para tomarse el gobierno, y cuando llegan, no solo no cumplen con sus promesas, sino que utilizan su poder para enriquecerse y satisfacer todos sus anhelos personales, sin importarles el destino del pueblo al que utilizaron como instrumento político.

Hoy Venezuela ha tocado fondo, después del gobierno de Chávez y el de su heredero Maduro, que fue señalado por el primero, como la persona capaz de seguir sus enseñanzas.

Desgraciadamente, los venezolanos cayeron en la trampa populista y sufren las consecuencia de su error, el país vecino presenta una inflación del 470 % año corrido y los índices de pobreza alcanzan cifras, nunca antes vistas en ese país como la del 94.5% y el salario mínimo son 2.5 dólares, que  al cambio por el peso colombiano son más o menos diez mil pesos.

Todo es consecuencia de la destrucción sistemática del aparato productivo, recuerden aquellos momentos de gloria de Chávez, cuando se paseaba y ordenaba irresponsablemente “exprópiese – exprópiese – exprópiese” y sus palabras eran coreadas por un pueblo, que creía firmemente que al expropiar la propiedad privada y las empresas industriales y comerciales a sus dueños, estas pasarían a ser propiedad de ellos, nada más equivocado, al poco rato, estas empresas y comercio, fueron cerrados y comenzaron las penurias para los venezolanos más necesitados, los más vulnerables y los que requieren la mano del Estado para satisfacer sus necesidades básicas.

Hoy son más de seis millones de venezolanos los que han salido de su país, buscando trabajo, salud y tranquilidad en países donde antes los miraban, como los ricos de Suramérica y hoy, algunos los miran como causantes de inseguridad social, laboral y política, queriéndolos expulsar de sus respectivos países.

Todo lo anterior, nos debe servir a los colombianos, para no incurrir en el mismo error en el que cayeron nuestros vecinos, no podemos caer en la trampa de los cantos de sirena de algún o algunos candidatos a la presidencia, que están ofreciendo el “oro y el moro”, y que han hablado varias de veces de expropiar empresas de distintos sectores de nuestra economía.

El manejo del Estado, es complejo, mucho más cuando se trata de uno, como Colombia, que no cuenta con la riqueza petrolera con la que contaba Venezuela, al momento en que cayeron en la falacia chavista.

Colombia como Estado, vive de los impuestos que paga todo el aparato productivo de nuestra economía, si bien contamos como nación, con alguna producción petrolera, de carbón y otros productos primarios que exportamos, estos recursos no alcanzan para pensar en ser  autosuficientes como sector público, la existencia de un presupuesto que permita atender la inversión en carreteras, puentes, salud, educación, seguridad, requiere el aporte de todos los que declaran renta y pagan impuestos, si esto se destruye, muy rápidamente nuestra situación económica entraría en una barrena que nos podría llevar a la misma que hoy sufren nuestros queridos venezolanos.

No podemos caer en ese engaño, debemos pensar antes de votar, no podemos reaccionar por estímulo de odios, tenemos la obligación frente al futuro de las próximas generaciones de colombianos, de asegurarles una tranquilidad económica, política y social.

Y con esto no estoy diciendo que todo está bien en Colombia y que por lo tanto debemos rechazar el cambio, no, creo que si podemos cambiar y que debemos cambiarlas, pero sin populismo, sin tretas y todo dentro de la legalidad y la institucionalidad.

No olvidemos que los primeros que sufren traumas, cuando llegan los populistas al poder, son los más necesitados y por eso deben emigrar de sus países y yo no quiero ver a mis compatriotas caminando hacia lugares desconocidos donde los van a repudiar y tratar mal.

Related Post

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Content is protected !!