La comunidad del Sur del departamento enfrenta una emergencia hídrica de proporciones críticas a medida que la sequía persistente causa, diferentes estragos en el territorio, los bajos niveles del río Magdalena, principal fuente de suministro de agua para numerosos municipios, han desencadenado un desabastecimiento masivo que impacta negativamente en la vida cotidiana de los residentes.
La problemática, que inicialmente afecta a los municipios de El Banco, Guamal, San Sebastián, San Zenón, entre otros, ha alcanzado incluso a los departamentos vecinos de Bolívar y Cesar, exacerbando la urgencia de abordar esta crisis a nivel regional.
Los habitantes de la zona han denunciado la escasez de agua potable, lo cual ha generado inconvenientes significativos en el abastecimiento doméstico, la agricultura y la ganadería. La sequía ha llegado a tal punto que los niveles del río Magdalena han disminuido de manera drástica, exacerbando la vulnerabilidad de las comunidades locales.
Ante este panorama desalentador, varias alcaldías han tomado medidas activando planes de contingencia para mitigar los efectos del desabastecimiento de agua. Sin embargo, la población insiste en la necesidad de una intervención más amplia y coordinada por parte de las autoridades departamentales y nacionales.
El llamado de auxilio de los residentes se hace más fuerte, especialmente en municipios como El Banco, donde un habitante expresó su inquietud: “Estamos angustiados; si esta sequía persiste, nuestros cultivos y ganados seguirán muriendo por falta de agua. Pedimos el apoyo del gobierno, ya que, por ahora, solo nos queda orarle a Dios para que el tiempo cambie”.
El último informe de la inspección fluvial diaria del río Magdalena revela una disminución adicional de 8 centímetros en el nivel del afluente, situándose en 2,90 metros. Esta reducción acentúa la gravedad de la situación, enfatizando la necesidad urgente de medidas concretas para enfrentar la sequía y sus repercusiones en la región.
Las comunidades afectadas esperan respuestas inmediatas de las autoridades, no solo para paliar la escasez de agua actual, sino también para implementar estrategias a largo plazo que fortalezcan la resiliencia de la región ante eventos climáticos extremos. La crisis hídrica en el Sur del departamento no solo demanda atención inmediata, sino un enfoque integral y sostenible para garantizar la seguridad hídrica de las generaciones futuras.
