Joven de 16 años desapareció cuando iba a casa de una amiga en Santa Marta

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En medio de la angustia y la desesperación. Así se encuentran a día de hoy los familiares de Chelmik Johana Mejía Bolaño, una adolescente de 16 años que desapareció el pasado martes, 9 de enero, en la ciudad de Santa Marta.

De acuerdo con la versión entregada a los medios locales y a las autoridades por parte de Karina Bolaño, madre de la menor, su hija habría salido sobre las 5:30 de la tarde de su vivienda, ubicada en el barrio Galán, hacia el sector de Bureche, donde iba a encontrarse con una amiga a quien le haría entrega de un short.

Desde entonces, según manifestó la mujer, desconoce de su paradero. Ese mismo día, alrededor de las 9:00 p. m., la madre le escribió a Chelmik Johana: “hija, ¿dónde estás? Ya es tarde, vente para la casa”; a lo cual la menor solo contestó: “ya voy ma”. Sin embargo, nunca llegó.

Karina reveló que, debido a la angustia de desconocer en dónde estaría su hija, optó por revisar sus redes sociales a ver si podía encontrar alguna pista de su paradero. “Al día siguiente me acordé y le hackeamos el Facebook. Ahí nos dimos cuenta de que Chelmik se había comunicado con una amiga, esa amiga le decía: ‘tú eres una cagalera’, ‘tú no te vas a ir’”, mensajes a los que, según la madre, Chelmik respondió diciendo: “¿Dónde estás mana? Moral que si me voy a ir”.

Además, acorde con lo revelado por la mujer, en la misma conversación lo último que pudo ver fue una foto de una calle del barrio La Lucha, donde al parecer su hija había quedado en encontrarse con su amiga. Junto a la imagen, habían varios mensajes de Chelmik pidiéndole a su amiga que llegara pronto al lugar de encuentro, dado que este se encontraba solo; sin embargo, la amiga nunca contestó.

“Mana, ven que estoy sola, esto está solo”, “mana, ven”, “mana, te estoy llamando”, “mana, ven que esto está solo”; fueron los mensajes que la menor le envió a su amiga y a los que nunca obtuvo una respuesta.

Ahondando aún más atrás en la conversación, la madre pudo encontrar la dirección exacta de la vivienda de la amiga de su hija, por lo cual se dirigió hasta allí en búsqueda de una respuesta. No obstante, al llegar lo único que encontró fue al padre de la otra chica igual de preocupado porque tampoco conocía el paradero de las menores.

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