“Hablando con nuestros compañeros que ingresan constantemente por el portón que dirige hacía el barrio Santa Ana nos dimos cuenta de que, hay problemas de seguridad vial. Los vehículos en especial las motos, transitan a altas velocidades ocasionando accidentes e impidiendo un tránsito libre y seguro para quienes entran o salen de clases” resaltó Deiber Romo Sánchez, estudiante de noveno semestre del Programa de Derecho.
Ante esta situación, con más de 1.000 firmas y un derecho de petición radicado en la Alcaldía de Santa Marta, los estudiantes de la Universidad del Magdalena se unen a iniciativa que busca la instalación de señalización escolar y reductores de velocidad en el portón ubicado en el barrio Santa Ana.
Está petición se da claramente ante los frecuentes impases y accidentes de tránsito que los estudiantes enfrentan. Por ser carrera y una de las pocas calles pavimentadas del sector, además de ser muy concurrida, los vehículos suelen circular a altas velocidades.
Sin duda es una situación que dificulta el paso seguro de los peatones que cruzan la carrera para llegar a la universidad e ingresar por ese portón ubicado en el barrio mencionado.
Si bien hay una señal de “Pare” en el sector, no es acorde para el punto y es una indicación que los conductores pasan por alto. Por esta razón, los jóvenes piden que sean instalados los reductores de velocidad y sea señalizado para evitar algún desenlace fatal para algún miembro de la comunidad universitaria.
“Me parece necesario, yo uso mucho esta entrada, para cruzar es terrible, motos muy rápido que se aparecen de la nada. Excelente que los mismos estudiantes tengamos que promover nuestro bienestar” señaló Natalia Trujillo Castro, estudiante de sexto semestre de Antropología ante el clamor de salvaguardar su vida y la de sus compañeros.
Es importante resaltar que, el oficio radicado y la petición de los jóvenes de UNIMAGDALENA ante las autoridades con competencia, es soportada en normativas y leyes que especifican la regulación de la velocidad de conductores en las zonas escolares, así como los límites de velocidad en las vías urbanas y carreteras municipales, dando prevalencia al beneficio de la calidad de vida de los habitantes.
