Además de las 55 muertes de menores de 5 años de enero a septiembre, de los cuales el 93 % eran indígenas (43 wayúu, 3 wiwa, 2 kogui y 1 arhuaco), según las cifras del Instituto Nacional de Salud (INS), también se han registrado cerca de 2.000 casos de desnutrición aguda moderada y severa en niñas y niños de esas edades.
Esto supone un aumento del 47 % en comparación con los datos de enero a septiembre de 2022 cuando se registraron 1.360.
Estas cifras son “el resultado de la ausencia de políticas públicas integrales y de una respuesta sólidaestatal que permitan la construcción de planes de acción que tengan en cuenta las necesidades y contextos propios de la población indígena del departamento”, consideró el defensor del pueblo, Carlos Camargo, citado en un comunicado.