Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza
A escasas semanas de la culminación de una campaña electoral en todos los municipios del departamento del Magdalena, la cual se ha centrado desde las cumbres del poder, directamente y a través de los denominados “sicarios morales”, en dimes, diretes, ofensas, insultos e información falsa, y no en los programas de gobierno, ni en las propuestas de los candidatos a las distintas corporaciones públicas, como debería ser respecto de una ciudadanía que de una u otra forma creería ha avanzado en cultura política para elegir con su voto las mejores propuestas para los cambios que se necesitan, en dirección a que se trate de superar la nada halagüeña, pero sí penosa situación que acusan las comunidades todas de nuestros territorios, lo que hace que oportuno y conveniente sobremanera sea otear los resultados de la alcaldía distrital y gobernación del Magdalena.
No ha sido para nada positivo el Índice de Desempeño Fiscal IDF, que construye año tras año el Departamento Nacional de Planeación a partir de las ejecuciones presupuestales, el cual es una medición del desempeño de la gestión financiera de las entidades territoriales que da cuenta de la sostenibilidad financiera a la luz de la viabilidad fiscal, la capacidad de generación de recursos propios, el endeudamiento, los niveles de inversión y las capacidades de gestión financiera en los municipios y departamentos del país.
No son Santa Marta ni el departamento del Magdalena, sostenibles, ni solventes, además de estar por debajo de los promedios nacionales. Pésimos resultados sin duda de desempeño fiscal, lo que hace necesario que los candidatos a reemplazar a sus mandatarios, y no pertenezcan a la línea sucesora de los actuales, así como la ciudadanía en general, estemos alerta, y no nos sigamos equivocando eligiendo a quienes, pertenecientes a los mismos, que de llegar, ejercerán el fatídico tapen, tapen, nos seguirán defraudando y llevándose a la debacle a la ciudad y al departamento, lo que sería a todas luces injustificable, y no podemos seguir rodando más por las profundidades de un precipicio interminable.
No hay que olvidar que estos salientes gobernantes, no obstante aspirar a seguir manejando a su antojo a la ciudad y al departamento, están “raspando la olla” presupuestal, sobre endeudándose más de lo que estamos con vigencias futuras el erario, y, por si las moscas, dejándoles amarrados a los que se eligen los presupuestos.
El pueblo samario y magdalenense, repito, no debe seguir equivocándose, no puede elegir a quienes amolarán sus cuchillos para utilizarlos en las gargantas de todos, sino tener claridad de memoria, viva la recordación, que una y otra incumplieron los programas de gobierno que inscribieron y los respectivos planes de desarrollo. No más hienas del erario, no más depredadores, no más ineptos ni incapaces, como demostrados quedan, a juzgar por los índices de desarrollo y crecimiento que arrastran dichas unidades territoriales en todas las áreas. rubenceballos56@gmail.
