Proyectos de salud, protagonistas del diagnóstico de elefantes blancos y proyectos críticos en Nariño

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La Contraloría General de la República tiene identificados en el departamento de Nariño, 85 proyectos en el diagnóstico de elefantes blancos u obras inconclusas y proyectos críticos, por un valor de $307.214 millones.

22 proyectos se catalogan como entregados, es decir, que luego de su registro en el diagnóstico, las entidades tomaron medidas para que se culminara su ejecución. Estos proyectos tienen un valor registrado que asciende a $ 54.771 millones.

32 proyectos están registrados como elefantes blancos u obras inconclusas, es decir, que luego de su terminación no han sido puestos en funcionamiento o no cumplen con su función para garantizar derechos de la ciudadanía. El valor registrado de estos proyectos es $132.120 millones, correspondiente al 39% del total de recursos.

31 proyectos aparecen en el diagnóstico como críticos, es decir, que presentan trabas, suspensiones o prórrogas que ponen en riesgo su culminación y, por esa razón, pueden convertirse en elefantes blancos en un futuro. En este caso, los proyectos tienen un valor registrado de $ 120.332 millones, correspondiente al 43 % del total de recursos.

El sector con mayor cantidad de recursos comprometidos es educación, con un valor registrado de $99.164 millones. Le siguen los sectores Vivienda, Ciudad y Territorio, con un valor de $36.968 millones, y Transporte, con un valor de $23.287 millones.

Sin embargo, los proyectos que más llaman la atención dentro del diagnóstico son los hospitales, en especial, el Santa Mónica de Pasto, el Buen Samaritano de La Cruz y el Municipal de Ipiales, que han presentado dificultades en su ejecución y todavía no prestan la totalidad de los servicios para la ciudadanía previstos para en sus instalaciones.

El Hospital Santa Mónica es un ejemplo de los buenos resultados que se obtienen del trabajo aunado entre la Contraloría y la ciudadanía. Este proyecto, que comenzó en el 2015, tuvo fallas desde de su planeación, puesto que las obras incluidas no se compadecían con la magnitud del proyecto. Esta situación generó incumplimiento en los plazos de ejecución, además de que no se contemplaron las vías de acceso y obras de urbanismo. A la par, el departamento decreto la caducidad del contrato de equipos biomédicos e insumos hospitalarios.

La Contraloría prestó apoyo y acompañamiento a la veeduría “Transparencia y cumplimiento 2017 Comuna 3”, cuyo seguimiento permitió la liquidación de manera unilateral del contrato de biomédicos, sin generar detrimento por cuanto la aseguradora amparó el contrato, la suscripción de tres procesos contractuales de mobiliario, equipos biomédicos faltantes y la suscripción contrato de obras de urbanismo. La infraestructura fue entregada en comodato a la ESE PASTOSALUD para su operación.

En el caso del Hospital Municipal de Ipiales, dado que el DNP retiró los recursos de Regalías que originalmente iban a financiar el proyecto, la Gobernación, a través del Instituto Departamental de Salud, debe proveer los recursos necesarios para su finalización. La Alcaldía Municipal de Ipiales, en el año 2022, suscribió un contrato de consultoría de estudios de vulnerabilidad del edificio, con el fin de determinar si es procedente continuar las obras en la actual edificación o por el contrario, entrar a demoler e iniciar nuevamente la construcción. Los estudios fueron entregados al Instituto Departamental de Salud de Nariño, y fueron objeto de observaciones y ajustes para proceder a emitir un concepto sobre la posibilidad de continuar con las obras.

La Gerencia en Nariño de la Contraloría promovió la conformación de una veeduría ciudadana, cuya labor aportó para el avance del proyecto, en especial para la liquidación de los contratos originales de obra e interventoría del 2016, la contratación de los estudios médico arquitectónicos y la elaboración de una zonificación de los servicios. Con estos insumos, el municipio debe convocar una mesa técnica con el IDSN y el Ministerio de Salud, para que de manera conjunta se realicen las observaciones del proyecto.

Finalmente, en la Cruz, el Hospital El Buen Samaritano presentó múltiples problemáticas en cuanto a la obra, dotación y posterior puesta en funcionamiento; liquidación unilateral con saldo a favor del municipio. La principal situación irregular detectada por la veeduría ciudadana fue la suspensión del giro de recursos por parte de la Subdirección de Control del DNP en razón al incumplimiento por parte de la administración municipal del Plan de Mejora.

Actualmente, el Instituto Departamental de Salud de Nariño no ha habilitado los servicios de hospitalización, rayos x y área de quirófanos debido a que aún no se cuenta con la matrícula del servicio de energía eléctrica permanente a nombre del Hospital, toda vez que no se ha finalizado con los trámites del RETIE. La Contraloría se compromete a que, a través de la Gerencia Nariño, continúe el acompañamiento para el seguimiento ciudadano hasta la finalización de todos los servicios.

La Contraloría exhorta a las administraciones departamental y municipal que adelanten todo lo posible las acciones administrativas para dejar saneados estos proyectos, especialmente considerando el cambio de gobernadores y alcaldes que tendrá lugar en el 2024. Igualmente, seguirá acompañando a la ciudadanía para que estos proyectos no se conviertan en elefantes blancos.

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