Para los cuatro pueblos de la Sierra Nevada de Santa Marta, conformada por los koguis, arhuacos, wiwas y kankuamo, su territorio es lo más sagrado, ‘el Corazón del Mundo’, un terruño que cuidan y protegen desde todo punto de vista.
Basados en esto, durante seis años estuvieron luchando para conseguir de una manera definitiva la delimitación de la ‘Línea Negra’, lo cual redefine el territorio ancestral bajo el Decreto 1500 de 2018.
En este sentido, recientemente el Instituto Geográfico Agustín Codazzi les entregó la cartografía que les permitirá de una manera más propia proteger su entorno no solo para el beneficio de las cuatro etnias antes mencionadas, sino de todos los que habitan en la zona de influencia como los afro, afro wayuu, wayuu y con esto principalmente se pueda controlar el tema de la minería y el buen uso del agua.
Es de anotar que esta delimitación del territorio ancestral para las comunidades indígenas en esta zona del país, que abarca los departamentos de Magdalena, La Guajira y Cesar, representa el tejido sagrado del territorio y garantiza el sostenimiento de las interrelaciones entre la cultura y la naturaleza que son su base de vida.
