Tras ser conocido el millonario contrato que fue entregado al holandés Sjoerd Van Grootheest, esposo de la ministra de minas y energía, Irene Vélez, sigue la polémica porque otros familiares de funcionarios del gobierno del presidente estarían recibiendo grandes sumas de dinero por cargos públicos.
Para la muestra está el caso de la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, quien tiene a sus dos hijos en cargos importantes del Gobierno. Así lo denunció el pasado 29 de mayo el representante a la Cámara Andrés Forero que a través de su cuenta de Twitter expuso los contratos señalando que “con esa afortunada situación familiar se entiende que a la ministra no le preocupe que su reforma laboral no genera empleo”, criticó el congresista de oposición.
Resulta que, según los documentos oficiales, Diego Alejandro Ramírez, hijo de la ministra, labora en la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios (Uspec). Su contrato
certificado desde el pasado 11 de abril del presente año, señala que es el jefe de la Oficina Asesora Jurídica con grado 11 de la planta de esa entidad y que su salario es alrededor de los 8 millones de pesos mensuales, $7.775.515 para ser exactos.
Álvaro Eduardo Restrepo Ramírez, sería el otro hijo de la ministra Ramirez quien fue contratado por el Ministerio de Cultura por un valor de 76 millones de pesos.
De acuerdo el contrato que se encuentra en las bases de datos de la plataforma Secop II, la contratación se hizo de manera directa para que cumpliera con las funciones de “apoyar la gestión de alianzas estratégicas, así como la formulación, desarrollo y seguimiento de iniciativas, planes, programas y proyectos, del ministerio de Cultura, así como el manejo de agenda y proyectos de la ministra de Cultura”
El documento, tiene vigencia hasta el próximo 31 de agosto, el cual fue firmado el 18 de enero del año en curso y detalla que los pagos se le realizarán de manera mensual en cantidades de 9.500.000 pesos durante los ocho meses de labor en esa cartera. Dentro de sus tareas está brindar apoyo técnico, acompañar para la implementación de políticas públicas, relacionamiento interinstitucional, asistir a reuniones, hacer informes, viajar según los requerimientos y demás ocupaciones.
Las esposas de los ministros con cargos en el Estado
A mediados de mayo, tras la salida de la ministra Carolina Corcho del Gobierno, a la cartera de Salud llegó Guillermo Jaramillo, esté se vio envuelto en un problema de intereses porque su pareja actual, Beatriz Eugenia Gómez Consuegra, el pasado 23 de abril, fue nombrada a superintendente delegada para prestadores de servicios de Salud.
Precisamente, fue el mismo ministro Jaramillo quien en su declaración de bienes y renta reportó en la casilla de “conflicto de interés” los datos de su compañera sentimental. Cabe resaltar que la doctora Gómez ha trabajado en EPS, con clínicas y otros hospitales. E incluso, hace varios años demandó al Distrito de Bogotá por retirarla del cargo de gerente del Hospital de Usme. Ese recurso todavía no tiene decisión.
Otro de los ministros que llegaron al Gobierno Petro fue Ricardo Bonilla, jefe de la cartera de Hacienda y su esposa, Claudia Liliana Cortés López, la cual se desempeña como administradora de empresas de la Universidad Nacional y también tiene una maestría en ciencias económicas, Actualmente, Cortés es la directora general de la Unidad de Tierras y Usos Agropecuarios (UPRA), entidad adscrita al Ministerio de Agricultura.
Su nombramiento se dio el pasado 13 de junio tras la salida de Felipe Fonseca Pino, quien estuvo al frente de la entidad desde el 2012. Cortés ha laborado en otros momentos con la Upra en diferentes proyectos en Antioquia, Cesar y Nariño.
