Una ruta propia del café

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Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza

El Magdalena, para sorpresa de muchos, incluso de nosotros mismos, es un departamento Cafetero. Señala la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, que se cultiva nuestro grano en los municipios de Ciénaga, Santa Marta, Fundación, zona bananera y Aracataca, en cerca 20 mil hectáreas de café arábico de las variedades Castillo, Colombia, Caturra, Típica, Cenicafé 1 y Tabí, en algo más de 5 mil fincas, al tiempo que genera alrededor de 12 mil empleos directos. Desde el 30-ene-2017, cuenta con ‘Denominación de Origen Café de la Sierra Nevada’ (Resolución 2484), definido como un café caracterizado sensorialmente por poseer taza limpia y balanceada con cuerpo medio – alto y uniforme; acidez media, con sabores asimilables a chocolate. En su fragancia y aroma se perciben notas dulces y anuezadas. 

Posee la caficultura del Magdalena, nos indica además la Federación, características particulares que la diferencian de otras regiones del país. Su situación geográfica le confiere una oferta ambiental, que obliga a tener plantaciones de café a una altura sobre el nivel del mar menor que en el centro y sur del país; y, su situación monomodal del clima produce una floración concentrada en un solo período del año (comienzo del periodo lluvioso) produciendo la concentración de una sola cosecha durante los octubre y febrero. Características que hacen que el departamento ofrezca condiciones especiales para el desarrollo de programas de “cafés especiales sostenibles”, particularmente aquellos relacionados con la protección de la biodiversidad y los sistemas de cultivo de cafés ecológicos u orgánicos, Comercio Justo, 4C, Café Practice. Por ello, cuenta en la actualidad con alrededor de 12.000 has de café certificadas como caficultura sostenible y continúa destacándose la siembra de variedades de café resistente a la roya en un 70% con respecto a la caficultura total y su calidad se garantiza gracias a los estrictos controles y procesos de innovación a lo largo de la cadena de comercialización. 

Si se diera la tarea de constituir una ruta propia de nuestro café, tendría que contemplarse, partiendo de SANTA MARTA, su ciudad capital, con 3.502 hectáreas cultivadas, 20% de la caficultura total del Departamento, 910 fincas y 871 familias caficultoras en 29 veredas cafeteras comprendidas entre Minca, La Tagua, San Pablo y El Mico, entre otras, hasta llegar a Ciénaga. CIÉNAGA, 10.440.70 Hectáreas, 2.818 fincas, 2.693 Familias, en cuyo sector rural se encuentran los corregimientos de la Sierra Nevada: San Pedro, Siberia, San Javier y Palmor, en los cuales se hallan 55 veredas cafeteras. Es el sexto municipio más grande en extensión cafetera del país con 10.599 hectáreas, 58 % del área cafetera del Magdalena, con producción promedio de 168.904 sacos de 60 kilos de café pergamino seco. ARACATACA, 1.079 hectáreas cultivadas, 387 fincas y 380 familias. Su sector rural cafetero lo ocupan los corregimientos de la Sierra Nevada: Cerro Azul, Agua Bendita y Río Piedras, lo componen 18 veredas dentro de las que se encuentra Río Piedras 2, sector marginal bajo para el cultivo de café. Su producción de café promedio es de 15.281 sacos de 60 kg de café pergamino seco. FUNDACIÓN, 2.898 hectáreas, 1.031 fincas, 1.002 familias. Su sector rural cafetero lo ocupan los corregimientos de Santa Clara, Jerwa  y Sacramento, compuesto por 25 veredas, entre ellas las del Cincuenta, Gansey, La Cristalina y El Cabrero, alejada de la zona cafetera del municipio. La producción de café promedio es de 2.813.667 kilos de café pergamino seco. 

Ruta ésta contenida de espectaculares paisajes de montañas, cafetales, frutales, platanales y una exuberante arborización con sobrados encantos en un viaje de ensueño, alejado además del turismo de masas, recomendable para la práctica del ecoturismo que encuentra acá un excelente escenario. Hay en esta tierra mítica más que pasión por el café. Su grandiosa riqueza natural, donde se convive y cuida el ambiente, es zona para ser reconocida y tenida en cuenta en la cartilla patrimonial universal de paisajes naturales y culturales. Resaltan allí verdes panorámicas, en un ámbito rodeado por fincas cafeteras, zonas rurales y un irresistible aroma a café suave, del que somos primer productor orbital.

Hacer esta ruta será descubrir horizontes que asemejan postales, adentrarse en su cultura, visitar grandes y bellas fincas familiares que esconden grandes secretos guardados celosamente por generaciones relacionados con el cultivo y preparación del mejor café suave del mundo y disfrutar de la cálida hospitalidad de los caficultores, que muestran con sano orgullo, amor y pasión verdadera el proceso que termina una exquisita taza de café. rubenceballos56@gmai.com tw: @CeballosRuben56–Ing: @rubenceballos2021*Jurista.

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