Así son explotados migrantes venezolanos en Colombia

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Más de 600 entrevistas a migrantes venezolanos, entre ellos mujeres, hombres y niños, ubicados en ciudades como Bogotá, Calí, Cúcuta y Medellín y el municipio de Maicao en la Guajira, entre 2021 y 2022, revelan las duras condiciones de vida a las que son sometidas las personas que llegan a nuestro país y que acuden a la prostitucióm como una vía de escape, para obtener un ingreso con el cual sobrevivir.

El estudio, realizado por la organización Aid for Aids, muestra que el factor económico es el principal motivo que impulsa a esta población a ejercer el trabajo sexual para buscar una fuente de ingresos.

“A pesar de que tenía el permiso, nunca pude conseguir empleo, entonces yo pensé en dejarlo ya teniendo el permiso, pero no se pudo. Acá la gente discrimina mucho, y no había oportunidad de empleo, y seguí trabajando hasta hoy, pero no lo hago seguido como antes, porque es muy peligroso”, aseguró un hombre entrevistado en Maicao.

De acuerdo con el estudio, la mayoría de los migrantes que hicieron parte de las encuestas ejercen esta actividad en plazas pùblicas o a domicilio. De ellos, el 90,07% recibe a cambio pagos en efectivo. Por lo general, todos están sometidos a extensas horas de trabajo: en Medellín y Maicao, el promedio es cercano a las 12 horas al día, seguido esta Barranquilla con 10 horas, Cali 8 y en Cúcuta 7.

Algo sobre lo que llama la atención el informe es la inquietante invisibilización en la que se encuentran los refugiados y migrantes venezolanos dedicados a ejercer el sexo a cambio de beneficios con tal de sobrevivir. Debido a la falta de documentación, muchos de ellos son explotados sin que haya seguimiento de las autoridades, pues no se tiene registro de ellos. La situación cobija por igual a mujeres y hombres heterosexuales y personas de la comunidad LGBTIQ+

Los que se encuentran en una peor situación son quienes están vinculados a redes de trata de personas y explotación sexual, pues al entrar en este comercio se ven obligados a seguir ordenes de mafias y grupos delictivos organizados que afectan su integridad fisica y mental.

Un ejemplo claro son las llamadas “casas webcam”, consideradas como la entrada a las redes de sexo o prostitución.

Aunque esta actividad no es ilegal en Colombia y la Corte Constitucional reconoció los derechos de quienes se dedican a este oficio, existen casas de ‘garage’, que no respetan estos derechos. En ellas, la mayor parte de migrantes están vinculados de manera informal, sin ningún contrato de por medio que le ofrezca garantías dignas. Según la investigación, quienes dirigen estas casas engañan a los migrantes con el discurso de que hacen parte de una «familia» y que ellos comprenden sus dificultades, emociones y necesidades.

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