El Ministerio de Salud y Protección Social se unió a la Semana Mundial de Concientización sobre el Uso de los Antimicrobianos, “Prevengamos juntos la resistencia a los antimicrobianos”, liderada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y organizada en conjunto con las instituciones que participan de la Mesa Intersectorial en Resistencia a los Antimicrobianos (Minsalud, Minagricultura, Minambiente, INS, INVIMA, ICA, AGROSAVIA).
Claudia Vargas, directora de Medicamentos y Tecnologías en Salud, destacó el trabajo articulado que se está realizando en el país y la región para generar conciencia en torno a este tema. Además, valoró el reconocimiento por parte de la OPS de los avances en la implementación del Plan Nacional de Respuesta a la Resistencia a los Antimicrobianos, la cual se ha llevado a cabo con apoyo de la alianza cuatripartita, en la que participan la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), y la financiación de la Unión Europea.
La directora indicó que son múltiples los impactos de la resistencia a los antimicrobianos, pues la presencia de bacterias resistentes y multirresistentes en salud humana se traduce en un aumento en el riesgo de causar brotes de infecciones asociadas a la atención en salud, aumento en los costos en la atención en salud, la morbilidad y la mortalidad.
“La resistencia antimicrobiana supera los límites de la salud humana. El uso inadecuado de los antimicrobianos a lo largo de la cadena agroalimentaria tiene efectos en la seguridad alimentaria, el comercio internacional, la disponibilidad de agua apta para el consumo humano y de los animales y para el riego de cultivos, entre otros ámbitos”, planteó Vargas.
En ese sentido, aseguró que desde las competencias del Ministerio y sus entidades adscritas, como el Instituto Nacional de Salud (INS) y el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (INVIMA), se avanza en una serie de actividades que están dentro del Plan Estratégico Nacional de Respuesta a la Resistencia a los antimicrobianos.
“Por ejemplo, la dirección de Promoción y Prevención viene implementando diferentes estrategias en el marco de la prevención de las Infecciones Asociadas a la Atención en salud, entre ellas, las herramientas de autoevaluación para control de infecciones, uso adecuado de antimicrobianos en el marco hospitalario y autoevaluación de la estrategia multimodal de higiene de manos”, precisó la directora.
De igual manera, resaltó que esta última estrategia cuenta con la participación de 788 instituciones de salud de mediana y alta complejidad, asimismo el país se encuentra implementando el Programa de Control de Infecciones y el Programa de Optimización de Antimicrobianos, adicionalmente se está fortaleciendo la capacitación. Por ejemplo, el año pasado se logró la capacitación de más de 2.100 trabajadores de la salud.
“No obstante, sigue siendo necesario implementar y mantener los programas de Optimización de Antimicrobianos y de control de infecciones en las instituciones de salud”, advirtió la directora.
En el mismo sentido, aseguró que desde hace 15 años en el país existe la Comisión de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, que ha venido haciendo trabajo intersectorial en sanidad animal, sanidad vegetal e inocuidad de los alimentos. Sumado a ello, se está haciendo la gestión para formalizar la creación de la Mesa de Gobernanza en Resistencia a los Antimicrobianos.
“Sabemos que tenemos retos y tareas; por ello queremos reiterar el compromiso del Ministerio con el Abordaje de la Resistencia a los Antimicrobianos y, por supuesto, la implementación del Plan Estratégico Nacional de Respuesta a la Resistencia a los Antimicrobianos”, añadió Vargas.
Para finalizar, la directora planteó que a propósito de la semana de la concientización en resistencia a los antimicrobianos, el Ministerio de Salud y Protección Social considera prioritaria la búsqueda de estrategias de educación, especialmente hacia la comunidad, pues las personas juegan un papel clave para promover el uso adecuado de antimicrobianos en las tres dimensiones de “una salud” (One Health): salud humana, salud animal y salud ambiental.
