Triunfo trabajado, luchado y elaborado. Junior peleó ayer contra todo y contra todos. No solo tuvo que superar a un rival como Cortuluá, que vendió carísima su derrota, sino también contra el pésimo arbitraje de John Alexander Ospina, que condicionó el juego desde el minuto 10, expulsando de manera injusta a Fabián Viáfara, dejando con un hombre menos al equipo rojiblanco desde bien temprano.
Pero ‘Cariaco’ tranquilizó a la fanaticada rojiblanca con su gol cinco minutos después de la expulsión.
El creativo venezolano recibió un toque cortó, en un tiro libre, y desenfundó un disparo, que se coló en un costado del arco. Golazo y celebración fuera de lugar del anotador, que la tomó contra sus propios hinchas en una disputa sin sentido. Pero bueno, Junior ganaba y eso era lo importante.
La alegría rojiblanca duró poco. Cinco minutos después, el exrojiblanco Juan Sebastián Herrera cumplía con la ‘ley del ex’, vacunando a los rojiblancos, tras una acción en la que solo tuvo que empujarla a la red.
Panorama oscuro, porque Cortuluá no solo ganaba, sino que parecía empezar a explotar ese hombre de más que tenías en el campo.