Por Hernando Fernández de Castro
El mundo vive hoy una turbulencia económica, social, moral y política, que nos está llevando por el camino de dejar a un lado los valores y principios que deben regir a una sociedad, hoy no son los mejores exponentes de la sociedad los que llegan al poder, los antecedentes, las capacidades, la formación académica, la moralidad y el tener una hoja de vida consagrada al servicio de la colectividad, han sido cambiados como requisitos para gobernar por los agravios, los ataques personales, la violación a las normas de conducta social, las propuestas utópicas e incluso el haber violado la ley, en algunos casos se han convertido en patente de corso para ejercer la política.
Los liderazgos no se logran con la demostración de cualidades y aptitudes para gobernar, el que más grita, más vocifera, el que más señala y el que hace más propuestas incumplibles, es el que sale victorioso en cualquier proceso electoral del mundo.
Dicen los autores, que han estudiado este fenómeno, que los medios de comunicación actuales y las redes sociales, son un factor determinante para permitir que los mediocres se tomen el poder en diferentes países del orbe, la banalidad de las ideas, la superficialidad de las propuesta, los ataques indiscriminados y anónimos que permiten las redes, la mediocridad de muchos de los actores de los medios de comunicaciones, han permitido que personajes mediocres, sin conocimientos y propuestas serias asciendan al poder.
Lo grave para los países de tener gobernantes mediocres, es que estos se rodean de colaboradores igualmente mediocres, que no aportan nada positivo al país que gobiernan, son como sanguijuelas que extraen todo lo que pueden de los presupuestos públicos, no aportan ni ideas ni acciones dentro del gobierno que beneficien a la sociedad, pero si son parlanchines que tratan de engañar al pueblo con promesas populistas para mantener las expectativas de los gobernados a sabiendas que nunca cumplirán con lo prometido.
La mediocracia es el degeneramiento de la democracia, es el ejercicio y el aprovechamiento de ésta por parte de dirigentes mediocres, que se valen muchas veces de la ignorancia de sus pueblos o del desespero que producen las necesidad básicas insatisfechas, para convertirse en combos gubernamentales mediocres, que en muchos países del mundo, estos hoy son el verdadero peligro para las democracias, en razón a que se hacen ver como los reivindicadores de sus pueblos, que les creen, cuando en realidad solo buscan satisfacer sus propias necesidades, sumiendo a las naciones que gobiernan en la pobreza absoluta, generando hambre, inseguridad, empobrecimiento y desplazamiento social hacia otros países en búsqueda de mejores condiciones de vida de sus administrados.
La mediocracia surge por el abuso y la incompetencia de los dirigentes políticos, que a través de los mecanismos de la democracia han llegado al poder, implantando la corrupción, el mal manejo de la cosa pública, el incumplimiento de lo prometido en las campañas, situaciones que han sido criticadas y señaladas por los medios de comunicación, que hoy son un poder dentro de las diferentes comunidades, allanando así, el camino para que los promeseros sin bases correctas y sin experiencia, lleguen al poder y se rodeen de ineptos iguales a ellos, instaurando el gobierno de la mediocracia.
El pueblo debe reaccionar y saber seleccionar a sus gobernantes, teniendo en cuenta que no siempre son los mejores, aquellos que más hablan y ofrecen prebendas y canonjías.
Gobiernos de mediocres o mediocracia, ha habido y hay en el mundo, sin que Colombia haya estado exenta de esto, ustedes reflexionen y decidan, que pronto estaremos frente a las elecciones para gobernaciones y alcaldías.
