Gas y demagogia ambientalista

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Por Jorge Enrique Robledo

¿Por qué es absurda e irresponsable la decisión del Presidente Petro y de su ministra de Minas, Irene Vélez, de no firmar nuevos contratos para buscar gas?

Porque tenemos reservas para pocos años y, si no se busca más, nos quedaremos sin gas. Esa decisión disparatada también debilita las reservas de petróleo y amenaza su producción nacional porque los contratos son para encontrar hidrocarburos, es decir, gas y petróleo al mismo tiempo.

La ministra dijo que el consumo de gas para el consumo interno puede reemplazarse con electricidad proveniente de la energía solar.

Falso. Es imposible reemplazar con electricidad de energía solar el gran consumo de gas de cocina, vehicular e industrial. Y si se pudiera, sería a un altísimo costo porque esa electricidad sale muy cara, impagable para millones.

La ministra también dijo que se podría importar el gas de Venezuela. ¿Qué opina?

Es el colmo que una ministra colombiana prefiera el gas extranjero al nacional. Además, Venezuela podría no tener gas para exportar. Y sea que se importe venezolano o de Estados Unidos –que presiona para vendernos del suyo– no generaría riqueza y trabajo aquí y sería bastante más caro que el nacional.

Gustavo Petro y la ministra dicen que eso hay que hacerlo para reducir los gases de efecto invernadero, que provocan calentamiento global, y hacer la transición energética…

 

Lo que proponen no es que Colombia no queme gas, sino que sea extranjero. Y es cierto que hay que hacer una transición energética reduciendo el consumo de combustibles fósiles –petróleo, gas y carbón–, porque producen carbono, CO2. Pero tiene que ser una transición planeada en el tiempo y no un salto al vacío, que nos haga un daño gravísimo. Estados Unidos produce 24 veces más petróleo y gas que Colombia y busca producir más, al tiempo que hace su transición. Para 2050, el mundo consumirá entre 40 y 64 millones de barriles de petróleo al día. Colombia –que produce 700 mil– tiene el deber de trabajar para estar en ese negocio en el futuro.

¿Por qué dice que engañan sobre la transición energética?

Porque ocultan que lo que se calienta no es la atmósfera de cada país sino la de toda la tierra en su conjunto y que, entonces, Colombia sola no puede resolver el problema del mundo. Además, nuestro aporte de carbono por combustión al planeta es de apenas el 0,4% por ciento del total. Y la mitad de todos nuestros gases de efecto invernadero no provienen de la quema de combustibles fósiles sino de la economía rural, en especial de la deforestación, el principal problema ambiental de Colombia.

¿Es positivo que nuestra economía dependa tanto del petróleo y el carbón?

No, no lo es. Es mejor tener más agro y más industria, como lo he explicado y por lo que me opongo a los TLC que nos especializan en minería, extractivistas, que llaman. Pero mientras no tengamos más industria y más agro, tenemos que cuidar el petróleo y el carbón porque aportan la mitad de las exportaciones de Colombia –US$19.166 millones– y, si se acaban junto con el gas, habría que importarlos y tendríamos una catástrofe económica y social. Es muy irresponsable que la ministra diga que en 15 años Colombia tendrá una economía descarbonizada y que Ecopetrol debe salirse del negocio petrolero –negocio que se tomarían las trasnacionales–, cuando esa empresa le genera $23.67 billones al Estado.

Si Petro logra imponer su populismo electoral ambientalista le hará un daño gravísimo a Colombia. Es su deber corregir. Que corrija.

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