La visitante que llegó en plan familiar procedente desde la capital del país disfrutaba del encanto mágico que ofrece el balneario de Playa Blanca y en un instante se desmayó sobre la arena.
De inmediato fue auxiliada por el personal de paramédicos que se encontraba en dicho balneario y fue trasladada en una lancha hacia el sector del muelle sur en El Rodadero.
En ese punto se encontraban los voluntarios del Cuerpo de Bomberos de Santa Marta y los agentes uniformados adscritos a la Policía de Turismo, quienes brindaron su apoyo solicitando la presencia de una ambulancia para llevar a la turista hacia una clínica de Santa Marta.
Mientras esperaban la ambulancia, la turista fue asistida suministrándole oxígeno ya que se le había bajado su tensión arterial como consecuencia de un golpe súbito de sofocación.
Transcurridos más de 40 minutos y en vista de que la ambulancia no llegaba, los paramédicos decidieron pedir la colaboración y el apoyo de los agentes de la Policía de Turismo que ofrecieron la patrulla para movilizar a la paciente hasta una clínica privada en donde fue estabilizada.
Lo anterior deja al ‘desnudo’ una vez más la urgente necesidad de disponer con una infraestructura logística que permita la reacción rápida en situaciones de emergencia. Es insólito que la ambulancia no haya llegado al balneario turístico y que por fortuna esa ausencia fue suplida por una patrulla policial.
En un destino turístico de gran predilección por visitantes nacionales y extranjeros no se debe improvisar con la atención a las eventualidades médicas que puedan presentarse. Por el contrario, el servicio de ambulancias debe ser permanente, oportuno y eficaz para que ningún paciente en El Rodadero corra el riesgo de perder su vida.
