Renovación democrática

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Por Rafael Nieto Loaiza 

La izquierda viene creciendo: 1. Los jóvenes no conocen la historia, no vivieron o no recuerdan el país asediado por la izquierda revolucionaria y el esfuerzo titánico que se hizo para rescatarlo. 2. Santos, en su esfuerzo de conseguir su reelección y de ganar el plebiscito, le lavó la cara a la izquierda, estigmatizó a la derecha y la centro derecha como “enemiga de la paz” y esa idea quedó impregnada en los jóvenes. 3. La izquierda controla los sindicatos de maestros del sector público, maestros que hacen con eficacia la tarea de adoctrinar a nuestros jóvenes. 4. Y controlan también el relato sobre el país. 5. Como puntilla, un sector de la administración de justicia decidió cobrar venganza contra Uribe y sus cercanos y permitir el abuso del aparato judicial como instrumento para neutralizarlos. La politización de la justicia y, su contracara, la judicialización de la política.

De este lado también hay responsabilidades: 1. La izquierda es estratégica y piensa y actúa a mediano y largo plazo, es proactiva y está siempre a la ofensiva; la derecha y la centro derecha son coyunturales, cortoplacistas, reactivas. 2. La izquierda aprendió que la política hay que hacerla asumiendo banderas y vocerías de sectores sociales y no solo con los partidos políticos. 3. Los gobiernos elegidos como de centro derecha se disputan con la izquierda el ofrecimiento de subsidios, el aumento de los impuestos y del tamaño del Estado. 4. La izquierda entendió el valor sustantivo de la cultura y el relato. 5. Hemos sido incapaces de mostrar los hechos: acá, con todos sus defectos y debilidades, hay democracia y no un régimen autoritario como donde detenta el poder la izquierda carnívora. Reconociendo que es muchísimo lo que queda por hacer, no es menos cierto que este es un país mucho mejor, con menos pobreza y menos desigualdad, que el que había hace apenas veinte años. Y, en todo caso, un país con muchos menos pobres que aquellos donde gobierna la izquierda. Hemos sido incapaces de destacar los avances, los progresos, los éxitos. 6. Las costumbres políticas se corrompieron, de la mano del narcotráfico hizo carrera la idea del dinero fácil y rápido, y es casi imposible relacionarse con el Estado sin que medie una mordida. Los ciudadanos, con toda la razón, están hartos, estamos hartos, de los corruptos y de lo que nos cuesta la corrupción. 7. No hemos sido capaces de defender bien a emprendedores, empresarios y Fuerza Pública. 8. Es urgente contar con nuevos liderazgos. Los actuales se desgastaron por los ataques sistemáticos de la izquierda y por sus propios errores.

Es indispensable empezar a trabajar estratégicamente, para no volver a vivir la angustia de un posible triunfo de esta izquierda local, esta izquierda criolla retardataria, reaccionaria, dinosáurica, corrupta, para la que toda ha valido antes, como la combinación de las formas de lucha, y para lo que todo vale ahora, como la campaña de Petro, una cloaca que recoge bandidos, violentos, guerrillos, paracos, mafiosos, corruptos, lo peor de lo peor, con escasas excepciones.

Hay que construir la renovación democrática. Hay que empezar por votar bien este domingo. Y por votar contra Petro en segunda vuelta.

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