A medida pasan las horas, esta situación empeora en el departamento magdalenense y los habitantes temen a salir de sus viviendas por miedo a ser heridos o en el peor de los casos, asesinados.
En municipios como Pivijay, las calles se encentran solas, las casas cerradas y los establecimientos inhabilitados, lo que comprueba que las amenazas del grupo armado hicieron su efecto.
Las principales avenidas del territorio pivijayero se asemejan a las de un ‘pueblo fantasma’ debido al silencio en el que se encuentran: no hay personas, no hay vehículos, no hay nada que le dé vida al municipio por las últimas horas transcurridas.