Científicos de UNIMAGDALENA estudiaron el “Amor posesivo” entre las ranas arlequines de la Sierra Nevada, lo cual motiva titulares internacionales teniendo en cuenta que hasta cinco meses puede durar un macho abrazado a la hembra en el proceso de reproducción.
Sin comer por todo este tiempo y atento a que otro individuo no intente ocupar su lugar, se aferra a su pareja hasta que logre pasar sus genes a la siguiente generación.