Navegando a la deriva

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Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza

Estamos en un departamento que navega a la deriva, rumbo al desastre, con un orate de capitán -como muchos lo califican y hasta le recomiendan psiquiatras-, que habita en una desconocida dimensión, que vive en un mundo de fantasía, que en sus imaginarias alturas otra y vislumbra un Magdalena pujante, próspero y feliz que apenas existe en su desvarío, mientras que en el plano de lo real todo es carencia, sudor, desatención, lágrimas, hambre, mientras el personaje piensa que vivimos en juerga. 

En medio de esa enajenación mental, el mandatario se sigue burla burlando de los asociados que se lo permiten y además lo aplauden, a sabiendas que estamos huérfanos de administración, gestión y gerencia, que nuestros sagrados recursos públicos bien merecen una juiciosa como correcta veeduría, que la salida de la crisis en que nos encontramos lejos se encuentra, mientras que el iluso que dirige los destinos departamentales piensa que ya hemos salido y estamos del otro lado de la crisis. Se ve que por andar entretenido cual payaso malo de barato circo no se ha percatado de las angustias, agobio y deudas de la gente, comerciantes, empresarios, el creciente desempleo y demás otras muchas vicisitudes que van a pagar muy caro las generaciones por venir. 

Y como en sus veleidades y fantasías considera todo superado, se permite el lujo de proseguir dilapidando los sagrados recursos departamentales en asesores, contratista para el manejo de su imagen, robustecer su seguridad personal con la mentira de estar amenazado y pareciera que no pondrá pies en tierra por ahora para darse cuenta de la realidad. Los problemas seguirán y se agravarán porque la solución de los mismos no está entre sus prioridades. Tampoco es su preocupación que agobia a los magdalenenses. No le asiste con sus gobernados compromisos algunos, sino centrarse en su meta de ser una figura nacional. Como departamento no vemos sustento futuro pata la comunidad y sus municipios. 

Nada de envergadura está entre las preocupaciones del mandatario del Magdalena; sí, mantener el apoyo de las gentes que ilusa lo secunda, para lo que está dispuesto a negociar lo innegociable, como lo viene haciendo, sin importar si en ello pone aún más en peligro el futuro del departamento. A otros, les irá soltando competencias, contratos, transferencias y erogando de manera ingente para comprar más años de impunidad con los cientos de miles de millones de pesos que no llegarán ni en sueños a ninguno de los municipios del Magdalena, ni para inversiones, ni para ayudas de naturaleza alguna, ni para impulsar el hacer agropecuario, ni para combatir la cada vez más amenazante inseguridad, ni el desempleo que cabalga, entre otras de las grandes falencias que acusamos. rubenceballos56@gmai.com tw: @CeballosRuben56–Ing: @rubenceballos2021 *Jurista

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