Sobre las dificultades de petristas y duquistas

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Por Jorge Enrique Robledo

Algunos dirigentes petristas quedaron preocupados con el resultado de la consulta que confirmó a Petro como candidato a la Presidencia. ¿A qué se debe esto, si el Pacto Histórico obtuvo la mayor votación entre las consultas –con 5,5 millones de votos– y Petro les puso 4,4 millones?

Su preocupación se debe a que ellos saben que en Colombia no se puede ser Presidente con menos de las mitad más uno de los votos, alcanzados en la primera o en la segunda vuelta, cifra que puede ser de más de diez millones de votos. Estos guarismos significan que Petro tendría que aumentar su votación en más del ciento por ciento para ganar, un incremento considerable, bastante difícil de lograr.

Y ese aumento resulta más arduo si se entiende que la muy fuerte campaña del Pacto Histórico, en realidad, no se hizo para escoger su candidato a la Presidencia –porque sabían que Petro ganaría–, sino para obtener una votación tan alta, de siete u ocho millones de votos, que los acercara a la mitad más uno de los votos. Porque así Petro se hacía más atractivo que Federico Gutiérrez a los ojos de César Gaviria y Germán Vargas Lleras, con quienes en su desmedida ambición desea unirse así los colombianos tengan que pagar por las malas políticas que le impondrían a cambio de respaldarlo.

Tampoco la tiene fácil Federico Gutiérrez, candidato que no puede vencer sin el respaldo, inaceptable para muchos colombianos, de Iván Duque, Alex Char y los partidos de la U, Conservador y Centro Democrático, aunque Álvaro Uribe –sabedor de la creciente impopularidad de él y de su partido–, intente que su respaldo no se sepa (1). Y el repudio a Gutiérrez aumentará más si lo respaldan César Gaviria y Vargas Lleras, con lo que tendría el apoyo de todos los mismos con las mismas.

En el ataque a Sergio Fajardo se unen petristas y duquistas porque sueñan con repetir la segunda vuelta presidencial de 2018, cuando el país sufrió la pesadilla de tener que escoger entre Duque y Petro. Solo que ahora el Duque será Federico Gutiérrez, quien, así lo oculten, siempre ha sido uribista: en 2011, como candidato de la U a la alcaldía de Medellín, al respaldar a Oscar Iván Zuluaga a la Presidencia en 2014 y como alcalde de Medellín entre 2015 y 2019 (2). Tan uribista es, que no sería candidato presidencial si no lo hubieran respaldado Duque, Uribe y el Centro Democrático, quienes además cumplieron con la poco honrosa misión de inducir a Zuluaga a renunciar a su candidatura.

Aunque no es fácil lograrlo, lo que ocurre ahora y lo que ocurrió hace cuatro años muestra que Sergio Fajardo sí es una opción de triunfo en 2022. Porque puede encarnar a las grandes mayorías nacionales que se sabe rechazan tener que escoger entre Gustavo Petro y Federico Gutiérrez. Y porque hace cuatro años, en la encuesta que Invamer realizó luego de las elecciones de marzo, Petro marcó el 26,7% y Fajardo el 10,7%, diferencia bastante amplia que desapareció al mayo siguiente, cuando Petro solo pudo ganarle por el 1,3% de los votos, lo que llevó a que Duque ganara la Presidencia.

Para estar seguros de no tener otro Duque en la Casa de Nariño hay que garantizar que Sergio Fajardo y Luis Gilberto Murillo pasen a la segunda vuelta presidencial.

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