La Unidad de Restitución de Tierras entregó a 14 familias del corregimiento de Salaminita en el municipio de Pivijay, proyectos productivos consignados en la sentencia de restitución a las familias que en el año 2.000 fueron desplazadas por los grupos paramilitares que sembraron el terror en el Magdalena.
Hoy, todo ese terror fue reemplazado por la esperanza y las ganas de volver a empezar en una tierra que los vio reír, llorar, sufrir y ahora los hace felices, pero sin olvidar.
Los habitantes de la vereda El Jardín, perteneciente al mencionado corregimiento de Pivijay, guarda una historia que hoy empieza a ser reconstruida por un grupo de familias que dicen “gracias Dios por darme la oportunidad de volver a empezar en la tierra de donde nunca debía salir».
Miriam Araque Gutiérrez, de 56 años, propietaria del predio ‘La Bella Dama’, lugar donde nació, y a sus 24 años en el 2.000 tuvo que salir huyendo luego que los paramilitares asesinaron a sus padres, asegura que haber vuelto a su finca “ha sido una bendición, porque mi anhelo era tener una tierrita; además yo soñé que mi padre me decía que esa era la tierra de nosotros y en ella teníamos que vivir”.
Junto a 7 de sus 8 hermanos, Miriam trabaja la tierra y ha sido una de las 14 beneficiadas de los proyectos productivos que entregó la Unidad de Restitución de Tierras en esa zona.
La acción de la Unidad se ha desplegado en Magdalena estos tres últimos años, a través de 195 proyectos productivos, dirigidos a personas y familias beneficiarias en distintos puntos del departamento.
Y los 2.000 millones de pesos de este año dirigidos a nuevos proyectos productivos van a beneficiar a 50 familias de diferentes municipios del Magdalena, con lo que se acumularán 454 iniciativas que recomponen productividad y economías tanto familiar como regional en una década.
