El enfrentamiento a piedras y palos de más de 100 jóvenes y adolescentes que se citaron para matarse. La cita se dio, pero el propósito final de zanjar las diferencias atacándose los unos a los otros con los objetos contundentes, no se cumplió. Apenas cinco de los vándalos resultaron heridos.
Pero lo más lamentable fue la respuesta de las autoridades. Unos 15 valientes policías fueron desplazados hasta el lugar donde poco o nada pudieron hacer ya que estaban en condiciones de inferioridad numérica, además emplear las armas de dotación oficial podría ocasionar una tragedia mayor, y la racionalidad ante la eventualidad que presenciaban, los llevó a retirarse del sitio para que quienes se citaron para causarse daño, pues lo hicieran.
Mientras tanto, el temor y la desesperación se apoderaron de los habitantes del oriente de la capital, especialmente de los residentes en los barrios Bastidas, Chimila, Ondas del Caribe, El Pantano, El Oasis, entre otros, por los lamentables sucesos que debieron soportar.
Sin embargo, hay que mencionar que no es la primera vez que ocurre, pues estos individuos han vuelto más frecuentes estos enfrentamientos ante la ausencia de las autoridades encargadas de velar por la seguridad.
