Río Manzanares

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Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza

Es el Manzanares nuestro principal río urbano, que como tal debiera tener importancia máxima como corredor interurbano. Los ríos urbanos, como está demostrado, brindan de estar debidamente atendidos y mantenidos en lo que corresponde a su esencialidad y capacidad de generación, inmensos beneficios ecológicos, procuran bienestar social, desarrollo, crecimiento, producen seguridad a las comunidades ante las amenazas de orden natural (inundaciones, control de escorrentías y respecto de los traumatismos del cambio climático). Los ríos urbanos deben ser hábitats preferenciales para la recreación de la sociedad, la protección de la naturaleza y la biodiversidad. 

Son sus condiciones ambientales actuales, lo que a la vista está, grave peor, ya que se encuentra (y como él Manzanares, otros del entorno), bastante contaminados y degradados por falta de atención, gestión local y falta de conciencia colectiva; razones que le ameritan una pronta recuperación; lo qué es un trabajo de gran dimensión que impone compromiso y voluntad, en ruta a convertirlo (ojalá de una vez por todas) en un río saludable y benéfico, lo que sin duda creará oportunidades muchas para el desarrollo sostenible. 

Durante mucho tiempo, el Manzanares ha sido centro de riesgo por contaminación, deterioro ambiental, cloaca de aguas residuales y recipiendario de toda suerte de residuos sólidos en su lecho. No hemos entendido su potencial como eje de desarrollo sostenible, transformación económica, identidad, conexión al territorio y de armonía con el entorno; como tampoco las posibilidades de éxitos para mejorar la calidad de vida de los asociados. Trabajar en su proceso integral de reestructuración y transformación, nos enseñará que cooperación, participación ciudadana e institucional, enfoque multidisciplinar, responsabilidad social e innovación serán definitivas para poner en valor toda la riqueza y bondades que el río Manzanares bien y mejor puede ofrecernos. 

Se trata de que trabajemos en su recuperación con acciones múltiples de desarrollo, inclusión social y empoderamiento, en lo que ayudará un diagnóstico multidisciplinar e inclusivo con el fin de cuantificar las inversiones requeridas para poner en monto la riqueza ambiental y potencialidad económica que el Manzanares brinda. Tenemos que volver a mirarlo como un referente de la ciudad, abrirlo para todos, convertirlo en punto de encuentro, en corredor ambiental y de conexidad. 

La transformación del Manzanares, además de importante en necesaria y urgente. Es encaminarlo hacia un desarrollo urbanístico con participación ciudadana y cooperación internacional. Identificar los nichos posibles de generación de ingresos, desarrollo de equipamiento, ecoparques, preinversiones, vivienda social. Infraestructuras de capacitación, innovación, espacios de formación en creación de empresas y centros tecnológicos de desarrollo e investigación social y empresarial, con miras a generar entornos competitivos que inviten a inversores nacionales e internacionales que inyecten nuevas actividades productivas. 

De la misma manera, contemplar el diseño, implantación e implementación de ciclovías, corredores ambientales y verdes senderos que conecten río y ciudad, para promover los usos de conservación, uso y disfrute del espacio público y consolidar un nuevo polo turístico de desarrollo. No será posible ello sin un definido y definitivo empoderamiento comunitario, una rigurosa planificación urbanística y ambiental y una eficaz transformación socioeconómica Santa Marta y ciudades circunvecinas.rubenceballos56@gmail.com tw: @CeballosRuben56–Ing: @rubenceballos2021 *Jurista

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