Salidos de madre

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Por Rubén Darío Ceballos Mendoza

Si bien a quienes hoy llaman “los de antes”, -desde la derrochadora e insensata corriente que viene gobernando, así como mal y peor actuando en la política municipal, departamental y ahora con pretensiones de hacerlo nacionalmente,- es posible, en gracia de discusión, que no hayan sido ejemplo para mostrar de buenos administradores, ni conductores de buenos gobiernos, como tampoco que hayan solucionado ni siquiera de lejos nuestros problemas sociales y demás otros que son muchos y más que acumulados vienen por decenios; más por ello no debe servir lo cual de patente de corso para que los “de ahora”, como se autodenominan, desbordados, descaradamente y sin cordura ni sindéresis ninguna estén feriando, haciendo indebidamente lo que les da y viene en gana con nuestros sagrados recursos públicos.

Gobernados estamos por unas administraciones distrital y departamental desquiciadas, que propugnan por la destrucción de lo construido, fomentan desde trasnochadas narrativas el odio de clases e inmersas se encuentran en contrataciones desmedidas que raudas galopan en corrupción, afianzados en cinismo, populismo, demagogia, nepotismo, autoritarismo, demagogia, burlas, mentiras e incumplimientos, para apenas señalar algunos desmanes que ya con suficiencia conocemos en sus múltiples pormenores. Todo señala incertidumbre y caos. Tenemos unos gobernantes deshonestos en grado superlativo, quienes debieron ser conscientes (y fue su primer acto de deshonestidad e incoherencia), saber que no estaban preparados, como muchos otros no lo han estado, para dirigir los destinos mejores de la ciudad y el departamento, como tampoco dispuestos a la defensa de los intereses superiores de la colectividad; sino solo los suyos, de sus afectos y patrocinadores.

Los de ahora, a la vista y evidenciado está, nadan desenfrenados en aguas de expoliación e ignominia. Van definitivamente excedidos, salidos de madre, fuera del control, “desmadrados”; siendo lo peor una dirigencia inane incapaz de ponerle coto a tanto atropello, amén de percibirse acobardada, silente, sin decisión, respuestas ni ideas, apocada, opacada, paquidérmica y sin mostrar trabajos reivindicadores en ninguna dirección; lo que ha contagiado a una ciudadanía que se muestra y demuestra conformista como añorando el látigo incesante sobre sus espaldas.

Camina una revocatoria, derecho del pueblo, que ojalá prospere y no pase como a muchas otras iniciativas que han dormido el sueño eterno y convertidas de paso en un lánguido saludo más a la bandera. Es hora de exigirnos y exigir un distrito y un departamento en los que se concrete la participación ciudadana activa y las realizaciones mejores en su beneficio. Sea certeza los buenos gobiernos y tener una comunidad satisfecha. No más una ciudad y un departamento al garete. Queremos cambiar, restaurarnos, reconstruirnos y transformarnos para mejor. Unos liderazgos que estén a la altura de lo que nos merecemos, y el gobernador y la alcaldesa actuales no lo son. No podemos permitir más que nos sigan pintando la cara de naranja. Santa Marta y el Magdalena nos pertenecen. No lo olvidemos bajo ninguna circunstancia alguna. Viva Santa Marta y el Magdalena. rubenceballos56@gmai.com tw: @CeballosRuben56Ing: @rubenceballos2021  *Jurista

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