La grandeza de un Caballero

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Por Rodrigo Oñate Villa

La grandeza no se enseña ni se adquiere: es la expresión del espíritu de un hombre hecho por Dios. John Ruskin

Tuve la honra, de conocer a un ilustre hidalgo, hace muchos años, cuando yo era, un estudiante de Ingeniería Agronómica, en la Universidad Tecnológica del Magdalena, y él era, el Señor Gobernador del Magdalena, de agradable estampa, y de afables modales.

Después de veinte años, tuve la oportunidad de tenerlo frente a frente, ya no, en su despacho de gobernador, sino bajo la sombra, de esplendidas plantas de palma africana, en la finca “Las Delicias”, conservando siempre su gran talante.

Gracias a Dios, en estos últimos cinco años, tuve el honor de acercarme a él y comenzar a desarrollar una amistad, dada la vecindad de mi oficina con la de sus sobrinos arquitectos, Rodrigo y Samuel, donde pude manifestarle, las razones de mi gratitud y aprecio.

Su grandeza, se midió siempre por su honestidad y sinceridad, por sus acciones y gestos, y por la humildad, con lo que supo servir y dar.

Su fortaleza, radicó en mirar lo que tiene sentido, se podía palpar, sin lugar a incertidumbre, en sus conversaciones, y al emitir concepto sobre cualquier tema.

Consistente, en sus creencias religiosas y políticas, sin menospreciar las de su interlocutor.

Clemente Diazgranados Caballero, pertenece a esapléyade, de ilustres gobernadores del Magdalena,como José Lacouture Dangond, Jacobo Tovar Daza, y otros.

Hoy día, el egregio Caballero, de buenas costumbres yde apellido, fue llamado a calificar servicio, pero, comportando muchas insignias en su hombros, como dechado de nobles virtudes.

Paz en su tumba y fortaleza a su familia.

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