Por una educación superior de la mayor cobertura y calidad

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Por Jorge Enrique Robledo

 

Se sabe que todo progreso social proviene del trabajo de todos los tipos y que el aumento de la productividad del trabajo se fundamenta en el desarrollo del conocimiento en todas las áreas. Es por estas verdades que la educación debe ser universal, es decir, para todas las personas, incluidas las más pobres, de alta calidad, para que sea en verdad útil y no un engaño, gratuita, para que no excluya a nadie, y pública, porque si no la paga el Estado no hay quien la pague. Y debe garantizarse la libertad de cátedra e investigación, porque el saber y la ciencia avanzan mejor en un ambiente democrático, en el que no se obligue a pensar de una determinada manera.

Las universidades privadas no pueden ofrecer educación universal por ser muchas las personas que no pueden pagar ni la más barata de sus matrículas, a partir de las cuales, según sean más o menos caras, se imparten conocimientos de mayor o menor calidad. Y como estas son verdades conocidas, resulta que sus títulos de grado no ofrecen iguales oportunidades a la hora de salir a trabajar.

Propuesta para 2022

1.- En mi gobierno, entonces, dada su inmensa importancia, haremos todos los esfuerzos para transferirle a la educación superior pública los mayores recursos, para ofrecer la más amplia cobertura y gratuidad y lo mejor en docencia, ciencia, infraestructura y bienestar estudiantil, así como un total ambiente democrático, en el que puedan desplegarse todas las escuelas de pensamiento. Y se honrará la deuda histórica del Estado con las universidades públicas.

2.- En cuanto a la universidad privada, esta no será estatizada, como nada en el país. Pero como en la pública y con el fin de mejorar la calidad, el Ministerio de Educación promoverá, con el debido respeto a la autonomía universitaria, el ambiente más democrático, en el que docentes y estudiantes puedan constituir sus organizaciones gremiales, opinar con libertad y participar en los organismos que toman las decisiones educativas, administrativas y financieras de cada institución. Y docentes y trabajadores deberán contar con sus derechos laborales.

3.- Las instituciones educativas seguirán siendo sin ánimo de lucro*, para que ni un peso de las matrículas se saque de ellas convertido en ganancias, haciéndole daño a la calidad de la educación que se imparte, calidad que debe ser objetivo supremo del sistema educativo.

4. El incremento porcentual de los aportes del Estado al Icetex no superará el crecimiento de los recursos a la universidad pública, los intereses de sus créditos serán iguales o inferiores a la inflación y no se comprometerán los salarios futuros de las personas endeudadas. No se capitalizarán los intereses, habrá planes de alivio para quienes los necesiten y se promoverá la renegociación de los créditos con el Banco Mundial.

En torno a estos criterios, cordialmente, invito a estudiantes, docentes y directivos de todas las universidades a que construyamos un gran acuerdo nacional que nos asegure lo mejor para Colombia.

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