Por Carlos Andrés Salas
Si algo ha caracterizado el sistema de transporte púbico en Santa Marta es su pésimo servicio, sus viejos vehículos, y lo mal estructurado que están las rutas y el sistema en general. Es algo que como samarios nos une, y sin titubeos todos calificamos el servicio como: malo. Desde que se anunciara la implementación en la ciudad del Sistema Estratégico de Transporte hace más de 16 años esperábamos un cambio sustancial en el servicio, no ha sido así, lo único que ha cambiado es que salimos de unas busetas viejísimas, a unas no tan viejas y de color azul, ah, y eso sí, el valor, ese ha subido indiscriminadamente sin mejora alguna del servicio.
Respecto del valor de la tarifa, hay que recordar que, de manera ilegal, arbitraria y en contubernio con las empresas de transporte el 31 de diciembre de 2019, en el último día de mandato de Rafael Martínez y con la Alcaldía ya ganada por su copartidaria Virna Johnson incrementaron el pasaje de transporte público un 11.2%, algo a todas luces injustificado e ilegal y debido a ello, este año un juez declaró la nulidad de esa alza y ordena a la Alcaldía reestablecer los precios. Fue un alza sin ningún estudio técnico que lo respaldara. El aumento no podía sobrepasar la inflación del año, que en aquel entonces fue del 3%, pero el alza, sin ningún tipo de soporte fue fijado por Martínez en un 11.2%. Un golpe a los bolsillos de los más pobres y a la clase trabajadora de Santa Marta y es que nadie, absolutamente nadie, responderá por tocarle el bolsillo al pueblo de manera ilegal, ni los culpables le devolverán lo ya pagado.
Es imperdonable que, de una manera tan sucia, durante más de un año y aún a la fecha, los samarios estemos pagando más en pasajes, por un sistema de transporte pésimo y mal estructurado, todo por un negocio montado entre las empresas de transporte y el señor Rafael Martínez. Empresas de transporte que han poseído vínculos con paramilitares, que mandan a matar a miembros de sus sindicatos, a cuando contradictor posean y atentan contra la vida de abogados que llevan procesos en su contra. Esos son los socios de Martínez. El alza se dio para responderle a uno de los máximos aportantes de la campaña de Carlos Caicedo a la Gobernación, el señor Víctor Bermúdez, conocido en la ciudad como el Zar del transporte. Bermúdez aportó 90 millones de pesos a la campaña y una vez electos, salieron a elevar los precios del transporte. Negocio redondo.
Lo que existe actualmente, es un cartel del transporte al que han querido por todos los medios posibles entregarles el manejo del Sistema Estratégico de Transporte Público -SETP-. Por eso, en su momento, exhibían con orgullo el agradecimiento que tenían con Martínez y en aquel entonces veíamos en todas las busetas un gran microperforado que decía: ¡Gracias Rafa!
Gracias a Dios y no a Rafa, un Juez de la República decreta la nulidad del Decreto 544 que establecía el alza del transporte público. Se le cayó la última jugada sucia hecha por Rafael Martínez en su Alcaldía. Ojalá, algún día, la justicia lo haga pagar por todas las demás. A ustedes les digo: recuerden a los responsables de eso cuando vayan puerta a puerta pidiendo su apoyo y el de su familia para las próximas elecciones. Recuerden que, de manera ilegal, mezquina, y despiadada, los pusieron a pagar más de lo que debían para que unos pocos se lucraran mientras ustedes se empobrecían.
Verán ustedes en público a Martínez, en su campaña al Senado, decir que trabaja en función del pueblo y a favor de él. Nada más alejado de la realidad, con esto y otras cosas, Martínez deja claro que solo trabaja en función de su bolsillo y el de sus socios. ¡Es un Sinvergüenza! Cabe recordar que estos mismos personajes incrementaron en un 60% en tan solo un año el costo de servicio de Acueducto y Alcantarillado. Los más pobres pagarán más por un servicio que ni siquiera brindan, y así descaradamente salen a decir que viven en función del pueblo. ¡Son doblemente sinvergüenzas!
Finalmente, hay que darles las gracias a Jorge Iván Sánchez, su esfuerzo ha logrado este triunfo para el pueblo samario. ¡Gran labor colega!
