De la priorización a la masificación del Plan Nacional de Vacunación

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El director de Epidemiología y Demografía del Ministerio de Salud y Protección Social, Julián Fernández Niño, participó en Facebook Live de esta semana de Minsalud. En este espacio habló de la concepción del Plan Nacional de Vacunación contra el covid-19, cuáles fueron los objetivos principales y cómo el incremento en el número de vacunas que han llegado al país ha permitido la apertura de nuevas etapas.

En primer lugar, indicó que la ruta de inmunización nacional se originó basada en unos criterios claros y objetivos, entre los cuales están el reducir las cifras de muertes y hospitalizaciones, y con ello la carga el sistema de salud en las atenciones, pero también de defender unos principios éticos basados en la solidaridad, la primacía de interés general sobre el particular, entre otros.

Fernández explicó que la ruta de inmunización contra el covid-19 fue forjada en un contexto de escasez de vacunas y en el que todos los países estaban intentando acceder a ellas, por ende, se planteó que a través de la priorización de ciertos sectores de la población se podría empezar a ejecutar el Plan.

Así fue como, desde la evidencia científica y los estudios de casos en los países, se identificó con criterios epidemiológicos y bioéticos los grupos poblacionales que tenían mayor riesgo de morir o enfermar gravemente, “supimos que a mayor edad más alta era la incidencia de llegar a una hospitalización o a una unidad de cuidado intensivo; asimismo, teníamos que proteger a nuestro talento humano en salud, dado que ellos se exponen a una mayor carga viral y además porque son clave para responder a la pandemia”, anotó.

Bajo estas mismas consignas, se determinó que otro de los factores que estaban aportando la mayor cantidad de fallecidos y el desarrollo de casos graves eran las personas con ciertas comorbilidades o enfermedades crónicas, como la hipertensión, diabetes; y discapacidades funcionales, como las personas con síndrome de Down, Trastorno del Espectro Autista, esquizofrenias, entre otras.

Por otra parte, el funcionario argumentó que, de acuerdo con lo que se ha demostrado y a los datos arrojados por la literatura científica, de no ser por la vacunación de estas poblaciones más vulnerables, la mortalidad hubiese sido mucho más alta, y también cómo, a través de los diferentes picos epidémicos por los cuales ha atravesado el país, el perfil etario de mortalidad ha cambiado.

“Ahora, infortunadamente, estamos viendo que la población más afectada son los mayores de 50 años, no porque el virus y sus variantes sean más agresivos con la población joven, es porque ya el país cuenta con una gran cobertura en la vacunación de los mayores de 60 años. Estamos en una tasa alta de contagio que ha producido que sean los mayores de 50 que aún no se han vacunado los que estén llegando a tener cuadros graves e incluso morir”, explicó.

A su vez, agregó que es sumamente importante que los entes territoriales maximicen los esfuerzos para lograr inmunizar a los mayores de 50 años y las personas con las comorbilidades o condiciones descritas en el Resolución 652 de 2021.

En el caso de los mayores de 40 años, a partir del viernes 9 de julio no necesitarán estar priorizados en Mi Vacuna o agendamiento, solo requerirán el documento de identidad y podrán acercarse a cualquier punto de vacunación. Para las personas con las patologías o condiciones estipuladas en el acto administrativo, deberán contar con un certificado médico expedido por su EPS o médico particular que corrobore la condición.

Acotó Fernández que en este momento del Plan Nacional de Vacunación, donde el país aumenta su acopio de inyectables que le han permitido reportar más de 400.000 dosis en un día, es importante encontrar un balance entre dos necesidades, el incremento de volumen y focalización para tener un impacto en la mortalidad.

Por eso, se decidió desde el Gobierno Nacional que se deben empezar a cerrar las brechas que existen en la inmunización entre las grandes capitales del país y los sectores rurales alejados de los cascos urbanos, bien sea que por sus condiciones geográficas sean consideradas de difícil acceso, o que por criterios epidemiológicos se determine que puedan unificarse las etapas del Plan.

“Tuvimos el caso de los municipios del cinturón amazónico con el que logramos vacunar a un gran número de sus habitantes con el fin de contener la propagación de nuevas variantes, y con ello se demostró una reducción sostenida de los casos nuevos como de la mortalidad. De igual forma se ha hecho en la isla de Providencia y posteriormente con San Andrés, que en el marco de la reconstrucción y la llegada permanente de personas vinculadas con estas labores, podrían haber tenido un impacto epidemiológico importante”, amplió.

Basado en este criterio, el Ministerio de Salud y Protección Social aprobó la asignación de un millón de vacunas de la farmacéutica Janssen, que son de una sola dosis, a municipios con menos 10.000 habitantes que sean dispersas geográficamente o por temas de conflicto armado, sea muy difícil el acceder una segunda vez.

Sin embargo, el director de Epidemiología y Demografía resaltó que, aunque la meta del Plan Nacional de Vacunación siempre fue el contribuir a una inmunidad de rebaño, el énfasis seguirá siendo el reducir la mortalidad e incidencia de casos graves, como ya se ha visto en países como Israel y el Reino Unido que ya han experimentado una disminución verificable en los casos de hospitalización y muertes en sus pobladores.

Por último, Fernández Niño expresó que no existe otra manera de enfrentar esta pandemia sin ayuda de las vacunas y que de acuerdo a los datos arrojados por las diferentes experiencias en países con coberturas muy altas en inmunización contra el covid-19, es que la mayoría de las personas que se encuentran en hospitalización o inclusive fallecido han sido aquellas que no se habían vacunado.

“Todas las vacunas que hacen parte del portafolio de Colombia son seguras y efectivas, ya que cuentan con un soporte muy robusto de ayudar a reducir la mortalidad y la incidencia de casos graves. Tener una vacuna es muchísimo mejor que no tener ninguna y esta es la mejor manera, la más rápida y efectiva que tenemos de volver a la normalidad”, finalizó.

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