Remanentes Perdidos

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Por Rafael Gómez LLinas

El inminente colapso de la Tierra por causa delcambio climático, aceleraría la determinación de muchas naciones de plantar en Marte, una semilla de salvación de la civilización humana, con la colonización sin regreso posible de ese planeta.

Las naves con los primeros humanos escogidos ytodo el andamiaje tecnológico necesario, irían llegando primero graneados y luego en grandes y permanentes oleadas. La terraformación, la creación de una atmosfera respirable y agua, avanzaríanhasta alcanzar su masa critica, y Marte se convertiría así en un planeta habitable.

El contacto con una devastada Tierra se mantendríatodavía por muchísimo tiempo, por cientos de años quizás, hasta que un día cualquiera, tal vez su rastro se perdiera para siempre, cuando la civilizaciónhumana que quedase rezagada en la Tierra poco a poco se extinguiese, o la fuerza del aislamiento de los muy contados remanentes de vida que sobrevivieran aislados en sitios incomunicados en el planeta, así lo determinasen.

El tiempo iría pasando y es probable que la colonia Marciana fuese creciendo como una nueva civilización, sin ningún conocimiento de sus orígenes. Y si en algún momento hubiesen tenido la certeza de ese rastro, el tiempo, los desastres naturales que cortarían el hilo de continuidad de su historia, y tal vez su sentido apegado a la automatización y la ciencia que considerarían inútil ese conocimiento, harían que en la memoria colectiva de sus pobladores, el hilo de la historia de esos orígenes se perdiese para siempre.

Así las cosas, Chezcott, nuestro ya muy conocido amigo y maestro Chezcott, uno de los más despiertos habitantes de uno de esos perdidos remanentes humanos, casi estuviese resignado a creer que eran los pobladores de una región irremediablemente aislada del resto del mundo. Perdida en una dimensión desconocida y lejana, que navegaba sola y al garete en un océano imaginario e imposible, en donde no existiría otra cosa que ella y el olvido. En donde hasta los que nacían y vivían allí, dudarían con firmeza de su real existencia.

Dudarían, que hacia los extremos de la geografía de esa extraña región  hubiese otro mundo distinto, eincluso que otros seres poblaran el planeta. Que nadie distinto a ellos la poblaran. Se sentían por eso, solos en la vida del planeta y aislados en el curso del universo ¡Y tal vez tendrían la razón!.

¿Y qué tal si antes el planeta en peligro hubiese sido Marte, y su deteriorada civilización hubiese plantado una semilla de salvación de su raza en la Tierra, su planeta mas cercano?

¿Y que con el paso del tiempo perdieran todo vínculo, todo conocimiento, toda comunicación con los descendientes de esa semilla Marciana plantada en la Tierra?

¿Y si además, en la misma Tierra, después de esos tiempos de destrucción, solo quedase un remanente solitario y perdido de esa civilización, en unsantuario natural escondido en el planeta?

Cualquiera que fuese la respuesta a estas preguntas, en nada cambiaria el destino y resolución de todo esto. Cualquiera de ellas podría ser posible. Porque sin importar de donde venimos, ni para donde vamos, o si somos una raza cuya semilla desde siempre ha viajado y se ha esparcido por el cosmos transmigrando de planeta en planeta, en una búsqueda incansable de su propia supervivencia, y que además, podría ser la misma preciosa simiente de aquellos Dioses venidos del Cielo, que desde el amanecer de la vidaalimentaran mitos y leyendas, seria necesario salvarla una vez más, para que la grandeza de su autoreferencia y el recuerdo de Si resguardados en su alma, permaneciesen en la vida del universo para siempre.

Simplemente, porque serian necesarias para que el universo al ser observado por el ser humano,también se observase a si mismo. Y que la realidad de su inconmensurable belleza cobrase vida. La vida que le conocemos… ¡Solo así!

Porque se habrian necesitado más de 13.800 millones de años, de la sucesiva vida y muerte de millones de estrellas, para que con el polvo ya disperso en su pasado, amaneciéramos nosotros los humanos en el horizonte de la vida en el universo, con la misión de permanecer en este para siempre.

Y que con el tiempo, apareciera en nosotros esacapacidad incontrastable de observar conscientemente al universo, para así darlejustificación y existencia. O lo que es lo mismo, paraobservarnos a nosotros mismos y ser conscientes de nuestra propia existencia que podría ser la misma que la del universo.  

Como también es cierto, que hubiese sido un inmenso e imperdonable desperdicio, que tanta, pero tanta belleza, como la del universo, como la nuestra, por no ser observada y relativizada en el espacio tiempo, quedase en el vacío olvidado de la no existencia y manifestación, para siempre. Omejor, desde siempre.

Sharamatuna, a los primeros 164 días del año del principio del final.

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