Por Hernando Fernández de Castro
Los organizadores de las protestas de lo últimos cuarenta días, les han hecho creer a una buena parte del país y sobre todo a los jóvenes, trabajadores y a todos los que participan activamente de esta convocatoria social, la hacían buscando reivindicar los derechos que como sociedad tienen, lo mismo que buscar la solución a los males que aquejan a nuestra sociedad desde hace mucho tiempo.
Sospechamos desde un principio, no era más sino el abuso de un derecho constitucional, instituido para reclamar acciones del Estado que beneficien a todos, lo desnaturalizaron, utilizando e instrumentalizaron a los jóvenes, con fines políticos de trasfondos electorales, según se supo en Colombia por el video filtrado donde el señor NELSON ALARCON, tesorero de FECODE, hoy, antes su presidente, propone en una reunión política electorera a continuar con las protesta y el paro hasta las elecciones del año entrante.
Su defensa ha sido que todos los colombianos tenemos derecho a aspirar a ser elegido, claro que sí, lo que no podemos hacer es incitar a una protesta, que ha degenerado en paros ilegales, bloqueos de carreteras y vías urbanos, que han traído, desabastecimiento de productos del campo, de alimentos en general, escases de combustibles, cierre de industrias y comercio, generando con esto, más desempleo y pobreza, no podemos entender esta estrategia de destrucción de la sociedad y pretender tener después una irepresentación de la misma vía electoral.
La mayoría de los colombianos somo gente buena, trabajadora, decente y no podemos permitir que nos traten como si fuéramos borregos o ignorantes, debemos pensar seriamente en el futuro del país, podemos tener diferencias ideológicas y visiones distintas, sobre lo que debe ser la organización y finalidad del Estado, pero lo que no podemos olvidar nunca, que la destrucción solo trae más pobreza y desigualdades, la economía necesita capital, trabajo y tecnología para poder generar riqueza y empleo.
Sin inversionistas, no hay demanda de personas para que trabajen, no se trata de defender aquí a ningún grupo o inversionista, sino de sentarnos en la realidad de un mundo donde todo es más competitivo, tanto en lo Nacional como en el ámbito internacional, del que no podemos hacer abstracción hoy, cuando todas las actividades, económica, sociales o políticas marcha “online”.
Todos tenemos derecho a elegir y ser elegidos, así como también a protestar contra el gobierno que sea, por justas causas comunes a todos, lo que no podemos es dejarnos utilizar por personas que el interés general no les importa, solo están pendientes de sus intereses políticos personales y que no tiene actualmente ninguna legitimidad política, nadie los eligió no los señaló para que representen a los colombianos.
Colombia necesita urgentemente, reformas en las tres ramas del poder público, de eso no hay duda, pero sin olvidar que somos una democracia, que por muy imperfecta que sea, le da oportunidad a todos de llegar al poder, o caso se les olvida que hemos tenido ministros, gobernadores, alcaldes y alcaldesas exguerrilleros y exguerrilleras, como también precandidatos y candidatos a la presidencia con iguales antecedentes. Hoy parece que tuvieran miedo a la contienda electoral y pretenden llegar al poder mediante el uso de la violencia y el vandalismo, por lo menos apoyándoles calladamente.
Creo firmemente que el futuro de Colombia está en los jóvenes, pero tienen que prepararse, estudiando, leyendo, conociendo que es una democracia, estudiar la historia de Colombia desde todos los ángulos y no solo desde aquel que le indican con el objeto de adoctrinarlos.
El pueblo que no conoce su historia es aquel que siempre repite sus errores. La historia política de Colombia está llena de episodios dolorosos que debemos dejar a un lado, pero no olvidar lo que sucedió, el perdonar, no significa olvidar, porque esto representaría borrar de un solo tajo lo sucedido en los años anteriores, como quieren algunos personajes del presente político, que aún no han dado las suficientes explicaciones de sus acciones contra la sociedad en el pasado.
