A través del decreto 580 del 31 de mayo de 2020, el Gobierno Nacional ordenó extender el aislamiento selectivo en todo el territorio colombiano, pero dando paso a la reactivación económica desde el 1 de junio al 1 de septiembre. Con este anuncio, los principales establecimientos que se vieron beneficiados fueron los nocturnos: bares, discotecas, estaderos y los llamados ‘patios rumberos’.
Después un año y medio esto lugares volvieron abrir sus puertas al público, algunos cumpliendo con los protocolos de bioseguridad exigidos por el Ministerio de Salud y la Secretaria de Desarrollo Económico del Distrito de Santa Marta con el fin que las personas que asistan a disfrutar de las bebidas alcohólicas lo hagan con responsabilidad. Sin embargo, otros violaron estos procesos y además generaron aglomeraciones.
Desde la noche del viernes, los administradores de los llamados ‘patios rumberos’, que se ubican en los barrios populares de esta capital: Pescaíto, 20 de Julio, San Fernando, San Jorge, María Eugenia, Las Américas, entre otros, permitieron el ingreso de cientos de personas a sus viviendas que funcionan como centro de ‘parrandas’, sin los protocolos de bioseguridad; pese a que el Covid-19 se ha mostrado más latente durante las últimas semanas.
Durante la noche del sábado y la madrugada del domingo, este tipo de lugares estuvieron a ‘reventar’. Por medio de grabaciones aficionadas que circularon en las plataformas digitales (Facebook e Instagram) se evidenció a personas entre los 15 y 40 años de edad gozando de la rumba sin tapabocas, irrespetando el distanciamiento social y tirando ‘pases’ con la música que sonaba a través de los famosos Pick Up.
De acuerdo a las denuncias que han interpuesto a través de las redes sociales los residentes cercanos a los ‘patios rumberos’, al parecer, los administradores de estos lugares le suministran plata a los uniformados de la Policía Metropolitana de Santa Marta con el fin de que guarden silencio y no les cierren su negocio. “Todos los fines de semana es lo mismo, la misma bulla; llama uno, vienen los policías y con las mismas se van, porque les dan 50 mil pesos y listo”, afirmó una habitante del barrio San Fernando.
Preocupados por lo que las aglomeraciones puedan generar en las próximas semanas, los habitantes cercanos a los establecimientos ilegales llamados patios rumberos piden a la Alcaldía de Santa Marta y al comandante de la Policía, coronel Óscar Solarte, adelantar operativos contra estos sitios y se verifique que cumplan con los protocolos exigidos para funcionar.
