Tragedia: murieron Papá, Mamá e hijo por COVID-19

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Una familia en Santa Marta está devastada tras la pérdida de tres de sus miembros a causa del covid-19.

En cuestión de horas, un padre, una madre y su joven hijo fallecieron en una clínica al no soportar los estragos de la enfermedad.

Yair Castro Tello, un empresario de 43 años, fue quien habría adquirido el virus y sin saberlo contagió a sus padres:  Florinda Tello, de 62 años, y Julio Castro, de 77.

Los tres sufrieron por igual la crueldad del coronavirus, que los mantuvo durante casi tres semanas en, UCI en la misma clínica, sin poder verse… tampoco hablaron.

La falta de oxígeno les afectaba cada vez más la salud y su familia optó por solicitar traslado a una clínica de Bucaramanga para que recibieran un tratamiento distinto.

Sin embargo, nada resultó y el jueves 15 de abril falleció la señora Florinda Tello y sin siquiera asimilarlo la familia tuvo que soportar un doble golpe este sábado 17 de abril cuando les informaron en la mañana el deceso de Yair y horas más tarde de Julio Castro.

La muerte de los tres causó un dolor insoportable y casi imposible de superar para esta familia de Santa Marta, que se suma a millones de historias trágicas que está dejando la pandemia del coronavirus en todo el mundo.

Lo sucedido ha causado conmoción en Santa Marta, donde la familia gozaba de reconocimiento y aprecio de amigos y del sector comercial.

Ninguno todavía puede creer como en cuestión de días un virus desintegró a esta familia y puso fin a todos los planes y sueños que tenían pendiente por cumplir.

Yair Castro Tello si bien era oriundo de Bucaramanga, tenía más de la mitad de su vida en la capital del Magdalena, donde se casó y tuvo tres hijos. Actualmente había logrado posicionar varios establecimientos de ropa y zapatos que funcionaban en centros comerciales de la ciudad.

Desde que ingresó a la clínica, Yair siempre le expresó a su esposa el miedo que sentía de no superar la enfermedad y dejar solos a sus dos hijas y a su hijo menor que fueron siempre su motor de vida.

“Él se esforzó por trabajar muy duro para que no les faltara. Estaba en su mejor momento. Era un extraordinario ser humano, que desde niño luchó para salir adelante. Su muerte y la de sus papás nos duele en el alma”, expresó su suegro Wilder Pereira.

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