En su casa del barrio Las Américas, al sur de Santa Marta, Francia Helena Hernández Acendra, de 75 años, aún no se recupera del impacto emocional que le causó enterarse que estaba muerta y que por esa razón, su anhelo de vacunarse contra la covid-19, no se iba a materializar.
La noticia de su deceso, suministrada el lunes en la tarde por un funcionario de la Nueva EPS, – a cuya sede había llegado para aplicarse la primera dosis – le da dando vueltas y vueltas en su cabeza, pues sigue incrédula a lo que le está pasando.
Manifestó que lo que no logró conseguir el en julio del año pasado una fuerte gripa que muchos pensaron que era covid pero que no fue así, “lo hizo la Registraduría”.
Francia, en medio de su enojo pero también poniéndole buena cara a su situación, es visitada por sus vecinos muchos de los cuales como Faroux Hernández, le sacan apunte por la particularidad del hecho.
“Solo le pido a la Registraduría que por favor me revivan porque quiero vacunarme”, anotó.
Según certificación de la Registraduría la cédula con número 36.529.467 a nombre de Francia Helena Hernández Acendra, con fecha de expedición 21 de enero de 1974, registra como estado que se encuentra “cancelada por muerte”.
