Por Carlos Andrés Salas
El “carrillo” en algunas partes del mundo hace referencia a la “mejilla” o al “cachete” como le dicen otros, es la parte más carnosa a cada lado de la cara. En Colombia, cuando escuchamos “carrillo” se nos viene a la cabeza un “cachetón” exministro de Justicia del entonces presidente César Gaviria, quién tuviese una sanción por la fuga de Pablo Escobar de la cárcel “La Catedral”, que terminó siendo además exdirector de la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado, exministro del Interior del expresidente Juan Manuel Santos, ex embajador de Colombia en España y finalmente un mediocre exprocurador General de la Nación. Todos sabemos quién es, por Dios, es que no hay otro Carrillo con semejante prontuario.
Por otro lado, el Diccionario de la Lengua Española también define “carrillo” como: “Sacar utilidad de dos personas o parcialidades de opiniones contrarias, complaciendo o sirviendo al mismo tiempo a la una y a la otra”. Es un verbo coloquial de origen incierto, pero que define muy bien al nefasto y ya saliente Procurador General de la Nación, Fernando Carrillo Flórez. Parece que los pares académicos de la Real Academia de la Lengua Española hubiesen basado esa definición en la personalidad del señor exprocurador. No se sorprendan si en el diccionario aparece su retrato. El que saliera de las toldas del Partido Liberal logró un avasallador resultado hace 4 años para coronarse Procurador General, y es que fueron 95 votos de los 98 posibles, votaron masivamente por Carrillo desde el Polo Democrático, pasando por el partido Alianza Verde, Cambio Radical, el Conservador, el Partido de la U, hasta el Centro Democrático. Toda la clase política “tradicional” y “alternativa” se fueron con él. Carrillo hizo un carrillo.
Fernando llegó a la Procuraduría sirviéndose de unos y otros, y una vez adentro, se aprovechó de la institución para ayudar a los suyos y asegurar algunos respaldos. Fernando Carrillo no hizo nada más allá de meterle política a su puesto. Todo el mundo se enteró de sus aspiraciones presidenciales. No es el primero ni será el último que utiliza esta institución para sus aspiraciones políticas, ahí tuvimos a Alejandro Ordoñez. De sus resultados dentro de la Procuraduría, poco o nada se vio. Es que el exprocurador solo se dedicó a viajar de un lado a otro, en foros, dando ruedas de prensa, ofreciendo entrevistas, prometiendo resultados en la lucha contra la corrupción, etc. Nada cumplió, aquella promesa en su posesión de que: “esa Procuraduría trabajaría para demostrar que ser pillo no paga” demostró todo lo contrario, los pillos fueron los más beneficiados. En fin, Carrillo hizo un Pastrana, mucha farándula y de gestión nada.
Es que de los escándalos de corrupción de Odebrech, los de las exministras Gina Parodi y Cecilia Álvarez con la Ruta del Sol II, la corrupción con los recursos de la paz, o aquellos inservibles pozos de agua en la ciudad de Santa Marta, quedaron en nada. Ni una sola sanción. De este último caso cabe destacar, que tras haber una inhabilidad inicial para ejercer cargos públicos por 12 años para los responsables de ese exabrupto, desde la Procuraduría que dirigía Carrillo se anuló la sanción en segunda instancia y poco después se decretó la prescripción de la acción disciplinaria, reinando la impunidad. Afortunadamente terminó su periodo el 15 de enero del presente año, esa Institución no hubiese aguantado un solo día más bajo su cargo.
Fernando Carrillo no podía salir de la Procuraduría sin dar de que hablar, y ahí está la guinda del pastel, en una entrevista que ofreció a su salida del cargo, en su último día, dijo: “dentro de la Procuraduría hay una mafia que vende y cambia fallos”. Como dicen en el mundo de las redes sociales y los memes: “Gracias Faryd”. Es que el exprocurador no dice nada nuevo, todos sabemos lo que acontece dentro de esa institución, y su tarea como Procurador General era desmantelar todo eso, pero no, una cosa es la politiquería, la demagogia y el populismo con la que manejó la Procuraduría y otra muy distinta es una gestión integra. Carrillo se sirvió de lo que hoy denomina “mafia”, ahora la crítica y dice lo que dice para condicionar a la entrante Procuradora.
Se fue Carrillo, y el país lo olvidará rápidamente, de sus aspiraciones, nada queda, ni en las encuestas marca. Comienza el periodo de la doctora Margarita Cabello, quien es la primera mujer en llegar a la cabeza de la Procuraduría General de la Nación, desde ya esperamos que sus promesas no queden en eso. En sus manos está una institución desacreditada por el actuar de sus últimos representantes. Es hora de retomar el rumbo, no hay espacio para perder otros 4 años haciendo carrillos u Ordoñez. carlos_salas_5@hotmail.com
