Un sistema de salud y servicio hospitalario dignos

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Por Rubén Darío Ceballos Mendoza

 

Es consenso general que no cuenta Santa Marta con un sistema de salud ni un servicio hospitalario de valía como expuesto ha quedado en esta emergencia sanitaria y general emergencia y crisis, lo que mal dice de nuestra ciudad. En el mundo de hoy salud y organización hospitalaria constituyen parte esencial de todo programa de asistencia médica, exigida cada vez más por la creciente complejidad de las ciencias médicas, que demanda que médicos generales y especialistas cuenten con un servicio eficaz, al corresponderles desempeñar un papel importante en los programas de salud y bienestar social, dada su influencia vital en el proceso de desarrollo humano y crecimiento económico.

Dados los vertiginosos cambios que registran las naciones del mundo, es cada vez más importante y urgente disponer de información sobre los problemas relacionados con la planificación y administración de la salud de habitantes u visitantes, razón por la que las autoridades competentes encaminarse deben al logro de soluciones a este tenor. Santa Marta requiere de un servicio de salud integrado y coordinado, que contemple aspectos legislativos, financieros, estadísticos, de planificación general de la organización hospitalaria; instalaciones para la investigación científica y la enseñanza de la medicina; departamentos médicos, quirúrgicos y especiales, que satisfagan las necesidades de la población.

Lejos estamos de la visión universal que señala que la salud y su sistema hospitalario hacen parte integral de una organización médica y social cuya misión es proporcionar a la población asistencia médica y sanitaria completa, curativa y preventiva, con servicios externos que cobijen a las familias; y, que deben ser también los hospitales, centros de formación de personal médico sanitario y de investigación biosocial. Es concebir lo hospitalario como parte de un sistema integrado de medicina preventiva y curativa dedicado al tratamiento del paciente interno, como a la atención ambulatoria y domiciliaria.

De ahí que sea bueno antes de todo, asegurarse que los servicios básicos de salud-ambientales, preventivos y domiciliarios alcancen un nivel adecuado, contar con personal idóneo en todas las categorías en cantidad y calidad adecuadas para atender a las necesidades sin reducir considerablemente la dotación indispensable para la atención de salud extra hospitalaria. De otra parte, tener en cuenta que los centros de salud no deben quedar aislados y coordinarse con un servicio hospitalario soportado en un concepto regional, integrado a su vez a servicios de salud preventivos, ambulatorios y domiciliarios de orden somático y psiquiátrico.

Requerimos centros de salud modernos, especializados, debidamente asesorados, ajustados a clima, cultura, excelente abastecimiento de agua, electricidad, telefonía, transporte público, alcantarillado y gas; vale decir, asegurarse que se dispone de todos los servicios públicos necesarios, siendo indispensable contar con servicios de reparación y piezas de recambio para el equipo mecánico y eléctrico. Además, tener en cuenta que los laboratorios hospitalarios y de salud pública deben funcionar como partes de un servicio integrado de laboratorio. Es una necesidad para nuestro Distrito. No lo olvidemos. Es la hora de terminar la dependencia con nuestra ciudad vecina Barranquilla, a la cual tiene que trasladarse nuestros coterráneos en forma permanente para suplir sus necesidades médicas científicas de diverso orden, como se registra a diario con buses de transporte público y carros particulares ocupados por los usuarios en dichos campos que se podrían y deben prestarse en la ciudad de Santa Marta. rubenceballos56@gmail.com *Jurista

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