Por Carlos Andrés Salas
¡Por fin! Hoy termina este atípico año 2020. En aquel ya lejano primero de enero, regocijado con la familia, mientras injeríamos una a una las uvas, con tantos anhelos y deseos, con las esperanzas puestas en el año que arrancaba, nunca hubiésemos imaginado las ganas tan fervientes de que tan desastroso año terminara rápido. Afortunadamente para todos, después del mes de julio, las fuerzas de la naturaleza nos escucharon y aceleraron desmedidamente este día.
Aunque no fue lo suficientemente rápido para esos más de 40mil colombianos que perdieron la vida por el covid-19 y un igual número de familias que hoy lamentan esas pérdidas. Tampoco fue lo bastante rápido para los más de 200mil colombianos y extranjeros que en promedio pierden la vida en territorio colombiano por diferentes motivos. No solo es en el país, en el mundo son casi dos millones de personas que perdieron la vida por esta enfermedad y otros 60 millones por otras causas. Aunque estas cifras parecen terroríficas, están lejos de ser una verdadera catástrofe: la peste negra ocasiono 200 millones de muertes en el mundo y la gripe española unos 50 millones, el Covid-19 está lejos de esas cifras, pero son igual de trágicas para las personas y las familias afectadas.
No solo se trata de los decesos, que por sí solos ya hacen que recordemos con tristeza el año que fuera tan anhelado, además, existen daños colaterales, porque las medidas tomadas para evitar la propagación del famoso virus, causaron desempleo y la crisis o las quiebras de diferentes empresas. La calidad de vida de muchos disminuyó después de este año. Aunque muchos no lo crean, los daños económicos logran ocasionar miles de muertes también, en consecuencia, cualquier detrimento en él, es un deterioro en la vida de miles. En fin, es un año crítico, pero no fatídico. Según datos de la BBC, en los últimos 150 años, el mundo ha sufrido 14 recesiones, y se espera que la causada por el nuevo coronavirus sea la cuarta peor, según predice el Banco Mundial.
Para el organismo, la turbulencia económica resultante de la pandemia de covid-19 solo sería superada por las crisis que ocurrieron al comienzo de la Primera Guerra Mundial en 1914, en la Gran Depresión en 1930-32, y después de la desmovilización de las tropas tras la Segunda Guerra Mundial en 1945-46. Finalmente, el Banco Mundial espera que el PIB global per cápita se reduzca un 6,2% este año, más del doble que el registrado en la crisis financiera de 2008. Las cifras son graves.
Pero, en realidad, este año pudo ser peor, muchísimo peor. Aunque tal vez los amantes del futbol piensen que ha sido el peor, pues Diego Armando Maradona el “Pelusa” y el italiano Paolo Rossi el “Bambino d’Oro”, perdieron su vida. Para los enamorados del básquet ha sido de los años más nefastos por la muerte de uno de sus máximos referentes, Kobe Bryant. Ni los superhéroes se salvaron del 2020, Chadwick Boseman dejó a un lado su traje de “Black Panther” y trascendió al más allá, algo que ni “Thanos” había logrado concretar. Sean Connery, uno de los más famosos “James Bond”, que dedicó su vida a esquivar balas y desactivar bombas, también sucumbió ante este año. Los amantes de la buena música también lloran a los suyos, como al Maestro Armando Manzanero y a Tito Rojas, Q.E.P.D. Sí, este año no solo se llevó a los mortales, a los que habitan el olimpo también les tocaron la puerta.
Por todo, 2020 no es para el olvidar, al contrario, es para recordar, para tomar lo bueno y aprender de lo malo. Sea como sea, el 2020 trascenderá a la historia como el año del covid-19, y por todas las consecuencias que trajo consigo será inolvidable, pese a los inútiles esfuerzos de aquellos que pretendan olvidarlo.
A ustedes que me leen les recuerdo: son unos afortunados por llegar hasta aquí, valoren eso y a quienes están a su lado. Mis mejores deseos para ustedes, que este año nuevo lo reciban con más entusiasmo del que recibieron el año que termina. El 2021 no será fácil, pero con el esfuerzo de todos cambiaremos nuestra historia. Nunca olviden que: “la elección, no la casualidad, es lo que determina tu destino”. al final de las cuentas, somos capaces de escribir este 2021, más fuertes, positivos y resilientes. Ojo, que acabe el año no quiere decir que acabe todo el tema del Covid-19, sólo lo transporta a otro período y habrá nuevas noticias, otras muertes, y toda clase de tragedias. Que nada enlute la sonrisa y la satisfacción de nuevas oportunidades, porque las tragedias lamentablemente son parte de nuestra vida, pero tal vez es lo que nos permite atesorar los momentos y crecer y para esto, cualquier día es bueno. ¡Feliz año nuevo!
