Por Jamer Chica
El uso de la tecnología en la política, marcó un precedente en la forma como se desarrollan las campañas electorales y las estrategias que se implementan para posicionar a un candidato o ganar las elecciones. En EEUU, candidatos como Eisenhower, Kennedy, Nixon, Reagan y Bush, apelaron a las agencias de publicidad, a expertos en medios de comunicación y a diferentes asesores de imagen, con el fin de proyectar sus campañas y tomar ventaja en la contienda que libraban.
La televisión y la radio han sido medios notorios y determinantes para marcar la diferencia en una campaña, toda vez que los mismos sirven para difundir el mensaje hacia un amplio sector del electorado. No obstante, después de la campaña presidencial de Obama en el 2008 y Trump en el 2016, el uso del Internet y las redes sociales dieron un vuelco total a la masificación del mensaje político, convirtiendo la social media en una estrategia de obligatoria aplicación en cualquier campaña electoral.
La actual campaña presidencial en Estados Unidos, es un claro ejemplo de cómo puede un candidato aprovechar las redes sociales, para lograr un posicionamiento orgánico, sin tener que gastarse millones de dólares para aparecer en los medios convencionales de una forma viral. La información que se sube a las redes sociales, puede difundirse rápida y exponencialmente durante las 24 horas al día, una ventaja con la que no contaban los anteriores medios dada su naturaleza y horario pre-establecido.
La estrategia política desde un enfoque digital ha contribuido no solo a involucrar en asuntos electorales a un segmento joven de la sociedad, que anteriormente era apático frente a estos temas; también ha dinamizado el quehacer político, toda vez que utiliza diferentes formatos y plataformas para llegar a millones de personas.
Por consiguiente, la social media es una flagrante necesidad a la que los partidos políticos, los candidatos, los activistas y los entes gubernamentales se ven sometidos si quieren aprovechar la tecnología a su favor y obtener los resultados pretendidos.
A través de la gestión de una adecuada estrategia digital se pueden obtener entre otros, objetivos como: el posicionamiento de la imagen del candidato o gobierno, la captación de votantes indecisos, la masificación del mensaje, la reducción de costos publicitarios en medios convencionales, además de la constante interacción que se puede lograr entre el elector y la campaña.
El “ciberactivismo” más que una técnica, es una estrategia que se utiliza cuando se publican contenidos, sea al compartir un artículo en un blog, subir una imagen, cargar un video o iniciar una teleconferencia, la interacción que se logra con las publicaciones puede conllevar a afianzar o destruir una idea “swarming” (David de Urgate).
En el ámbito político, es notorio el rezago al que se ve sometido la comunicación “offline” por parte de la “online”, no obstante, para obtener resultados certeros, la estrategia digital debe ser acompañada no solo por un gestor de contenidos que conozca el uso de las redes sociales, sino por un grupo de estrategas digitales, los cuales se encarguen de planear, reconstruir y diseñar cada paso que se da a través de contenidos de calidad y su posterior seguimiento.
En este sentido, no solo basta con hacer presencia en Internet, ni tener una cuenta en Facebook, Twitter o Instagram, lo que cobra valor es la publicación de contenidos que sean de gran interés para los millones de internautas.
Por consiguiente, es netamente fundamental para cualquier campaña escuchar el “ruido online”, puesto que solo de esta manera se puede identificar la temática que se está abordando por la red, los sentimientos o emociones que despierta un contenido y el centro de discusión o debate, ello ayudara al candidato a descubrir la posición más coherente que deba adoptar, utilizando elementos de modo, tiempo y lugar, y citar los argumentos con la carga semántica requerida para el momento.
Por último, se debe resaltar que el espectro digital en la política adopta su propio lenguaje, por lo cual, cada miembro del equipo debe involucrar dentro de su léxico términos como: campaña 24×7, geolocalización, tracking, followers, unfollowers, tweet, bloguer, crm, seo, sem, engagement, timeline, hasgtag, trending topics, likes, entre otros.
Ahora bien, en esta instancia vale la pena preguntar: ¿Cuál es el paso a paso que se debe seguir para construir una estrategia digital? ¿Qué redes sociales se pueden emplear y para qué sirven cada una de ellas? Y ¿Cómo se gestiona una crisis en internet? Estos y otros interrogantes serán absueltos en un próximo escrito.
