La Montaña Sagrada. 6ª parte. “Las ruedas del Tiempo”.. “Tierra Sagrada”

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Por: Rafael Gomez LLinas

Desesperado por atravesar la esfera del arco iris para ir al interior de ese mundo fantástico presentido mas allá de la frontera de la “Línea Negra” y dormir para siempre en la “Montaña Sagrada”, el capitán D´Saint Chezcott levanta, irritado y furioso, la espada para alejar a los vivos y la cruz para espantar los demonios..

 

La visión se ilumina totalmente y comienza a desvanecerse, desandando cada uno de sus pasos mientras aparece una oscuridad absoluta, inmensa, densa, que puede ser tocada con las manos y mojada con el sudor. Busca sus manos y no las encuentra, solo puede tocarlas, a tientas llega hasta su camarote mientras un marino aterrado reza con los labios un interminable rosario de padres nuestros. Es el momento más umbroso de la noche y ofrece una penitencia para conjurar la visión de la oscuridad… En medio del silencio, oye la voz del anciano Mamo que le dice, sonriente: “AUN NO HE DICHO LA ULTIMA PALABRA”..  

 

La luz así, va regresado de nuevo, el sol va iluminando poco a poco un valle y una ensenada de tierra. Un brazo de esta, de roca pura cubierta de plantas y flores, cubre la pequeña bahía donde se han buscado refugio por orden del comodoro Wilmer Al-Zaleal, las naves de la expedición invasora: lanzan el ancla y descubren que hay un calado suficiente hasta la orilla..

 

Es cuando descubren una inmensa multitud de mujeres, hombres, niños y ancianos, todos con los mismos vestidos de luz de la noche anterior, inmóviles a todo lo largo de la arena, en los acantilados, en los bordes de las rocas. La multitud crece a cada momento y los marinos, que han descendido de los barcos, se sienten asustados..

 

Nadie mueve un músculo, no flota ninguna de las livianas vestiduras de luz. Todos les miran, pero no se mueven. Son cientos, son miles, quizás millones. Atravesando la apretada multitud, van observando las ruinas de una ciudad muy antigua, pero cuyas piedras olvidadas les apretaban el corazón, en el escondite de los recuerdos.  “Poco a poco comenzaron a recordar a la vieja ciudad desde donde salieron hacia algunos meses y que, ahora, se le presentaba bajo ruinas antiquísimas… Después de esa arriesgada travesía por el océano, de haber mantenido la esperanza de encontrar un mundo nuevo, no parecían haber ido a ninguna parte. Misteriosamente parecieran haber llegado al mismo sitio de su partida y como si además, en su ausencia, una devastadora fuerza ciclónica hubiese acabado con todo, y la espesura, hubiese avanzado muchos siglos en esos pocos meses enmarañando los restos inertes de la ciudad viva de sus recuerdos, de la que habían zarpado esperanzados no hacía mucho tiempo”(1)…  El capitán, asustado por ser victima de un embrujo en pleno día, apretó en crucifijo, levantó la espada y miró hacia la multitud para escoger la primera victima..

 

Fue cuando vio a una niña, de pocos meses. Ella gateaba juguetona, causando desastres entre los mayores, sin percatarse de la tensión del momento y del peligro. Detuvo en alto su mano y miró a la niña, mientras le explotaba en su alma el mas recóndito de sus recuerdos. Frunció la nariz, entornó los ojos y sacó los labios, recordando sus juegos con la pequeña Gladis, su única hermana. La inocencia de esa niña le hizo caer en cuenta que aquella innombrable oscuridad a la que tanto temían, allí en ese mundo no tenía cabida. Bajó la espada soltó el crucifijo, sonrió mientras observaba a la pequeña devolver el gesto, responder al mensaje mientras el mismo anciano Mamo Tayrona de la noche anterior le tomaba del brazo y, le decía con cariño: “Ahora te explico como es el calendario de nosotros, cuando comienzan los tiempos’’, y le preguntaba: ‘’En tu mundo, ¿las estrellas tienen nombre?’’.. ¿Caminan los animales por el firmamento?..

 

¿Qué sabes de tú, de tus cuerpos?… ¿de la luz y a veces de las sombras, que emanan de ellos y que se pueden sentir, ver, interpretar en Kasivita?(2)… ¿Del rastro de causas y efectos que esparcen por siempre sobre la malla del tiempo en su peregrinación por el universo?..

 

¿Dónde estabas perdido, hermanito mío?’’…‘’Ven, ven, a nuestro jardín Busintana, ya que tienes tanto apetito de saber’’…

 

La misma visión holística del mundo, nodo central de su cultura, le permite a los pueblos indígenas de la Sierra Nevada aplicar dicho conocimiento para construir una especie de laboratorios botánicos tradicionales, donde cultivan plantas pertenecientes a todos los pisos térmicos y ecosistemas del macizo montañoso, independientemente del lugar donde se produzca el acto de cultivo..

 

’Tierra Sagrada’’, denominan en su cultura a estos ‘’laboratorios botánicos tradicionales’’, ‘’invernaderos naturales’’, en los cuales se crean microclimas, interacciones entre las plantas por la deliberada distancia de siembra entre una y otra aún de diferentes ecosistemas y climas, que logran dotar al entorno encerrado en un círculo de piedras, de las condiciones ambientales necesarias para que allí florezcan y fructifiquen todas las especies de la Sierra Nevada. Dos mil años duró la civilización No- indígena para intentar lo mismo, pero tuvo que encerrar las especies bajo cúpulas de vidrio o aislarlas en laboratorios encerrados bajo toneladas de cemento y metal.

 

La Sierra Nevada misma es un ‘’jardín de las especies’’: rodeada por la Línea Negra de los lugares tradicionales, sagrados,  y contiene todos los pisos térmicos y condiciones ecosistémicas que permiten la existencia de una rica biodiversidad..

 

Históricamente, el territorio del macizo montañoso a conservado esas condiciones de ‘’Tierra Sagrada’’: Sus ecosistemas rompen los esquemas de otras latitudes y condiciones biológicas y ambientales. La mayor biodiversidad corresponde a los lugares donde existieron asentamientos históricos de los antiguos, a las áreas colocadas bajo el cuidado de los indígenas. La Sierra es, también, una gran tierra sagrada o jardín donde el saber tradicional ha logrado conservar y cultivar las especies para construir esta biodiversidad tan única e irrepetible del planeta..

 

’Tierra Sagrada’’ es, así, el arma principal de los pueblos indígenas de la Sierra Nevada para salvar a la naturaleza madre. Son bancos genéticos, laboratorios ambientales y lugares de aprendizaje del saber tradicional, encerrado en un círculo de energía, que, al activar la interacción entre las plantas, desarrolla los campos de fuerza con el conjunto de la tierra..

 

Es un universo pequeño, confinado dentro del círculo cerrado de piedras, con el objeto que las energías de cada una de las plantas resuene e interactúe con y sobre las otras. En este ‘’pequeño universo’’ se puede, entonces, cultivar, florecer y fructificar las especies de todas las latitudes, pisos térmicos y ecosistemas pues reproduce la naturaleza misma, al crear una red de campos de fuerza que, por debajo de la tierra, se entremezclan, armonizan, interactúan y activan los principios vitales de cada una de las especies: un hecho sin precedente conocido en la historia de la humanidad actual, tan angustiada por las dificultades ambientales, climáticas y geográficas que genera la producción de alimentos..

 

Así mismo debe proceder el hombre: la coexistencia de los saberes, las culturas y las civilizaciones, cada una cumpliendo su papel y conservando, con respeto, sus valores, construyen una red de fuerzas espirituales que interactúan entre si. La diversidad y el respeto se convierten así, en el elemento principal del ‘’jardín’’ de la sociedad humana, para florecer, y evitar su destrucción..

 

En el relato los ancianos deciden explicarle al capitán la forma de cuidar a la madre tierra, de proteger la montaña sagrada. Lo llevan dentro de un jardín que brota en medio de la exuberancia de la tierra. Allí, una por una, le explican cada una de las primeras trescientos sesenta especies de plantas: Es Busintana, es el “jardín de las especies”, es el pequeño universo donde se compila la información sobre trescientas sesenta especies de plantas de la Sierra Nevada, sus aplicaciones y virtudes, la forma de su cuidado y la conservación de su armonía con el conjunto del macizo y la vida misma del planeta. Allí cada especie se identifica con su denominación, virtudes y descripción indígena, con un registro de nombre que se le ha otorgado por la civilización eurocéntrica, del conocimiento que esta tiene de sus principios activos y aplicaciones y la fecha de este descubrimiento, cuya función, bajo la excusa de enseñarle a los hermanos menores a conocer y conservar “el jardín de las especies”, se les muestra como un laboratorio ambiental en un espacio de pocos metros cuadrados donde, con fundamento en la combinación de especies y su conocimiento de las relaciones entre ellas y con la tierra, logran sembrar y florecer todas las especies de plantas de la Sierra Nevada, y se compendia así una parte del saber científico del carácter botánico de la civilización indígena, y la forma de sus aplicación sobre la vida social y biológica en su conjunto: Es una muestra en pequeño de Seinekun, ese gigantesco  organismo vivo de la Madre tierra..

 

Esas características especiales del macizo montañoso de “La Montaña Sagrada” descritas, han permitido que surja allí una amplia riqueza natural como resultado de la interacción permanente entre la montaña y el mar Caribe, una de las formidables partes de un vasto ecosistema planetario,  con una dinámica que se inicia en el largo viaje de los vientos Alisios que cada año y sin falta, barren la superficie del desierto del Sahara, arrastrando millones de metros cúbicos de restos fósiles de Diatomeas, ese microscópico fitoplancton y primitivo crustáceo del periodo jurásico acumulado durante millones de años en un fondo marino antediluviano, que se dio la vuelta y emergió en forma de desierto Africano como resultado del fragor climático y de las colosales tensiones y choques tectónicos de la Tierra, en un viaje intercontinental que finaliza con la fertilización de las selva del Amazonas de la que brotan miles de especies de arboles y plantas,

que por gracia de la magia de la fotosíntesis, convierten permanentemente gigantescos volúmenes de dióxido de carbono en oxigeno, en aire caliente que al subir, se mezcla con las corrientes de aire frio de la alta atmosfera dando vida con su condensación al llamado gran “Rio Aéreo del Amazonas”, que termina su largo vuelo atmosférico de altura estrellándose contra el gran muro de los Andes y también con la Sierra Nevada de Santa Marta, para descender por sus laderas fraccionado en rocío, en lluvias, en lagunas sagradas, en decenas de ríos y miles de correntias que terminan en el mar, allá en los limites de la “Línea Negra”, en el lugar en donde las aguas completan el ciclo de la vida, en unas circunstancias bióticas que han permitido la creación de condiciones ambientales para el establecimiento de zonas de vida, tanto en el medio terrestre como el marino, en las que se presentan toda variedad de ecosistemas, dotándola de una abundante  biodiversidad que ha convertido a esa riqueza natural en uno de los recursos vitales más significativos del macizo montañoso, y del Mundo: Es GAIA,(3) es SEINEKUN la madre viva, como lo predijo con anticipación y lo dijo a todos James Lovelock, y también como lo cantan en la tradición oral de su Ley de Origen desde hace milenios los Hermanos Mayores, los Mamos de la Sierra Nevada de Santa Marta, los Custodios del Corazón del Mundo…

 

Continuará…

 

 

Santa Marta, Corazón del Mundo, 203 días después del confinamiento..

 

 

(1).- Párrafo tomado  de  la “La Montaña Sagrada” 4ª parte. “la Línea Negra”..

2).- Kasivita: Método de diagnostico en medicina,  destino y  registros Akasicos practicado por los Mamos de la Sierra Nevada, a partir de la interpretación binaria de la energía que emana de los cuerpos sutiles del ser humano y  que va dejando un rastro en su viaje por el Universo..

(3).- Gaia: “¿Qué es?… “El “Que”, es la delgada capa esférica de tierra y agua que existe entre el interior incandescente de la Tierra y la atmosfera superior que la rodea.  ¿Quien es?.. El “Quien”, es el tejido interactivo de organismos vivos que la ha habitado desde más de cuatro mil millones de años. La combinación del “Que” y del “Quien” y el modo en que uno afecta continuamente al otro, es lo que se ha bautizado con el apropiado nombre de Gaia como lo dice James Lovelock: Gaia es una metáfora de la Tierra viva”.  Tomado de su libro La Venganza de la Tierra”, edición  del 2007..

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