Agua: el camino a la reactivación del centro y norte del Magdalena

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Por Eduardo Diazgranados Abadía

Mientras en Colombia se ha avanzado en términos de saneamiento básico, en el desarrollo de sistemas de irrigación del territorio para la producción y en el cuidado de fuentes hídricas, cuencas y ciénagas, el Departamento del Magdalena aún se encuentra rezagado frente a esta materia.

Consciente de ello, desde este oficio como Representante a la Cámara, se adelantó entre 2015 y 2018 una gestión en favor del suministro y servicio de agua multipropósito para 19 Municipios de la Zona Centro y Norte del Magdalena, tema que hoy cobra mayor importancia cuando existe la necesidad de generar una solución integral que permita reactivar la economía y brindar un mejor servicio a la ciudadanía a través de un proyecto llamado ‘Aguas para la Paz’. Acá un recuento.
Una dinámica recurrente: “Entre inundaciones y desabastecimiento”

El problema del agua en el Magdalena se puede resumir en dos grandes aristas:

1. El desabastecimiento de agua para el consumo humano y el uso multipropósito. Esto se debe a que, además de ser una de las zonas donde menos llueve en el país, se ha visto afectada por el Fenómeno de El Niño de 2015 y el exceso de deforestación, lo que como consecuencia ha estimulado la sequía, acabando con cultivos e infraestructura y ha generado una particular destrucción de los suelos, como lo muestra la gráfica 1.

2. Las recurrentes inundaciones en la zona, que se recrudecen cuando aparece el Fenómeno de La Niña, como efecto del ya conocido cambio climático. De hecho, la población sufre los rigores del invierno con las crecientes de los ríos que bajan de la Sierra Nevada, especialmente del río Magdalena, que por la alta sedimentación, erosionan los terrenos aledaños produciendo eventuales catástrofes. Ejemplo de ello, es lo que sucede hoy en la vía Salamina – El Piñón y que tiene en vilo a cerca de 180.000 personas y 300.000 hectáreas de cultivos, como se observa en la gráfica 2.

A esta dinámica de inundación y sequía se suma la poca cobertura de acueducto y alcantarillado de todo el Departamento y en particular, de los Municipios de la Subregión Centro, pues ninguno cuenta con cobertura de 100 % y ni siquiera se cumple con el estándar mínimo de alcantarillado, afectando así la salubridad de los habitantes, tal y como lo ratifica en sus estudios la OMS, quien explica que el 80 % de las enfermedades se transmiten por medio de agua contaminada. De igual forma, no podemos olvidar la subutilización de 687.478 hectáreas, correspondientes al 51 % del territorio con potencial para instalar distritos de riego para la producción agrícola.

En definitiva, se vive en medio de una fábrica de agua aportada por dos grandes zonas biogeográficas: La constituida por los ríos de la Sierra Nevada de Santa Marta y la zona ribereña de casi 200 kilómetros desaprovechados del río Magdalena, que pueden ser fuente y motor de productividad, empleo y desarrollo eficiente.

 

A GRANDES MALES, GRANDES REMEDIOS

Al conocerse la situación, se propuso buscar una solución definitiva a esta problemática, conscientes que el agua siempre será el recurso fundamental para dar solución a la subutilización del territorio para fines agrícolas, a la pobreza, a los efectos del cambio climático y a la carencia de servicios de saneamiento básico por los próximos 100 años en los Municipios de Algarrobo, Ariguaní, Cerro de San Antonio, Chibolo, Concordia, El Piñón, El Retén, Nueva Granada, Pedraza, Pivijay, Plato, Sabana de San Ángel, Salamina, Tenerife, Zapayán, Zona Bananera, Remolino, Fundación y la parte plana de Aracataca.

Para ello, se cuenta con la asesoría del Centro de Investigaciones en Acueductos y Alcantarillados (CIACUA) de la Universidad de Los Andes, con quienes se trazó la hoja de ruta técnica a través de un taller de planificación del proyecto ‘Gestión Integral de Recursos Hídricos en la Región Central del Departamento del Magdalena’, en el que participaron las entidades nacionales y regionales competentes, además del acompañamiento del Colombian – Dutch Water Academic and Research Partnership (Embajada de Holanda).

El taller arrojó como resultado el siguiente objetivo principal: Mejorar las condiciones socioeconómicas de 19 Municipios del Magdalena, teniendo como motor la gestión integral del recurso hídrico de la zona; que permitiría el abastecimiento permanente de agua potable del 100 % de la población beneficiaria a través de un sistema de acueductos regionales y/o municipales y satisfacer la demanda de agua para irrigación en un escenario integrado productivo de al menos 100.000 hectáreas. De igual forma, garantizar la entrada de agua dulce a la Ciénaga Grande y a otros cuerpos de agua (humedales), el mantenimiento del equilibrio climático local y la biodiversidad de la región. A partir del sustento técnico obtenido en el mismo, se establecieron tres fases para el desarrollo del megaproyecto:

Cada una de las fases de este visionario proyecto, requería consolidar alianzas estratégicas entre entidades públicas y privadas comprometidas que se sumaron a esta causa, como la Cámara de Representantes (bajo nuestro liderazgo), las Alcaldías de los Municipios beneficiarios, Corpamag, los Ministerios de Vivienda y Agricultura, Findeter, la Universidad de Los Andes (y con su coordinación, 4 Universidades de Holanda y 4 de Colombia), el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, los gremios representados por Fedepalma y Asbama, la Cámara de Comercio y la Gobernación del Magdalena, periodo 2016 – 2019.

 

ALIANZAS PARA GRANDES RESULTADOS

 

Gracias a los acuerdos entre los multiactores se obtuvieron dos grandes resultados: El primero, lograr el Estudio de Factibilidad de ‘Aguas para la Paz’ establecido en la Fase 1 (ver cuadro 1), gracias a la colaboración de Findeter, la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), la Universidad de Los Andes, la Gobernación del Magdalena y los gremios Fedepalma y Asbama. Sus resultados se socializaron y publicaron con el título “Diagnóstico hídrico para soluciones multipropósito en la región centro y norte del departamento del Magdalena” (2018), de los que se comparten los principales aportes que reafirman la importancia de la iniciativa para la región:

• La oferta hídrica para la región. Hay agua suficiente para abastecer a los 19 municipios, aunque se podrían presentar dificultades de potabilización, operación y mantenimiento de plantas de tratamiento en algunos sectores. Para el caso de Pivijay, Nueva Granada, Zapayán y Chibolo, se tendrían mayores dificultades de abastecimiento.

• El impacto en el desarrollo agrícola. Se puede multiplicar la productividad y competitividad en el agro y en la oferta de empleo, si se concentra el desarrollo de distritos de riego en las zonas del río Magdalena, el Caño Ciego y los ríos de la Sierra Nevada (se propone estudiar la opción de almacenamiento de las cuencas de los ríos Tucurinca, Fundación y Ariguaní, además de estudios de impacto ambiental y de consulta previa).

• La protección al medioambiente. La restauración ecológica del Caño Ciego podría conducir unos 120 m3 x segundo de los cuales entre el 70 y 80 % se destinarían para la Ciénaga Grande y el resto se podría dejar para un desarrollo agrícola de unas 20.000 hectáreas (Pivijay, El Piñón y Cerro de San Antonio).

• La articulación interinstitucional. Se debe implementar una plataforma de trabajo para la gestión integral del recurso hídrico (superficial y subterráneo). A este efecto se debe trabajar en la legalización de las captaciones, uso eficiente del agua (optimizar los sistemas de riego) y políticas de gobernanza del agua con reglas claras en la época de estiaje (enero – abril) de manera articulada y con enfoque interinstitucional.

El segundo, lograr la inclusión y priorización de la iniciativa en la Ley 1955 de 2019 Por el cual se expide el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022. “Pacto por Colombia, Pacto por la Equidad”, lo que significaba destinación de recursos a favor de la misma y que solo requería ser priorizada nuevamente en el Plan de Desarrollo Departamental periodo 2020 – 2023, acción que lamentablemente no se dio en la reciente ordenanza.

 

AGUAS PARA LA PAZ’ ES LA RESPUESTA PARA LA TRANSFORMACIÓN

Hoy, en medio de este periodo de incertidumbre, se debe poner el agua como centro de la agenda y retomar ‘Aguas para la Paz’; convertirlo en guía para el desarrollo y reactivación de las regiones, ya que los resultados arrojaron una solución integral para enfrentar los efectos del cambio climático, teniendo en cuenta que según las proyecciones del Ideam para los próximos 100 años, serán más fuertes los fenómenos de El Niño y La Niña.

Con esa ruta, lineamientos normativos a favor de la iniciativa y voluntad de muchos actores públicos y privados interesados en el desarrollo de la región, se puede seguir continuar trabajando y construyendo esta propuesta que es una oportunidad para la reactivación social, ambiental y económica de las subregiones del Centro y Norte del Magdalena. Que sea este un llamado para aunar esfuerzos y continuar con las Fases 2 y 3 en lugar de inventar lo que ya se ha inventado.

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