Por Hernando Fernandez de Castro Dangond
En estos tiempos en que Colombia y especialmente Bogotá, ha vivido el rigor del abuso de la democracia, creo importante recordar en que consiste esta, y para ello, es bueno recordar la definición acuñada por el gran presidente estadounidense Abraham Lincoln que en un discurso en 1863 dijo “ La democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo” parece retórico que hoy, después de más de 200 años, tengamos que acudir a esta definición para explicar, que hasta hoy, no hay mejor sistema de gobierno.
Es tan buena la democracia, que el único mecanismo que permite que un pueblo se ponga de acuerdo para escoger a sus gobernantes, es ella a través de los procesos eleccionarios, donde todos votamos y cuando la mayoría decide, esto significa que hubo un acuerdo expreso en las urnas, donde el pueblo, sin necesidad de conversar entre sí, toma la decisión de designar a sus gobernantes.
Por otra parte, la democracia, es el único sistema que permite que sus enemigos conspiren y ataquen desde dentro de sus gobiernos, la atacan los parlamentarios de la oposición con la excusa que sus acciones van dirigidas contra los gobiernos, pero lo que hace es atentar contra todos los derechos ciudadanos, para crear el caos, incitan a la destrucción de los bienes y de la organización estatal, igual proceden muchos de los servidores públicos de las distintas ramas del poder, atacan las instituciones que los han acogido en sus seno, tratan de destruir lo construido, como la economía y la sociedad, bajo la premisa absurda y vaga, de que primero se destruye y después se construye.
Todos esto lo permite la democracia, porque sus base son el respeto por los derechos individuales y colectivos, bajo los cuales los enemigos de ésta, se protegen para acechar y conspirar contra las instituciones democráticas con el fin de establecer gobiernos dictatoriales, en los cuales los Derechos Humanos y cualquier otra garantía será abolida para beneficios de los que hoy se proclaman ser los adalides de las libertades.
Igual ocurre con muchos periodistas que desde sus trincheras, atacan el sistema, arropándose con el manto de la imparcialidad, pero sin decir nunca a que corriente política obedecen y si los mueve el odio personal o social. La democracia permite el uso y el abuso de estos personajes, que se aprovechan de nuestra democracia en la que conviven y tratan de horadar, pero sin cual no podría existir ni ejercer su profesión, porque otro régimen político no les permitiría opinar libremente como los hacen dentro de la Colombia democrática.
Por imperfecta que sea la democracia, permite todo lo anterior, por ello no podemos dejar que la acaben, que la ataquen dentro de ella misma, es permitido, pero no que la destruyan por completo, porque terminaríamos como Venezuela, Cuba o cualquier otro Estado impositivo donde el pueblo, no tiene derecho a expresarse libremente. Este es nuestro País y el deber de todos es protegerlo, acompañar a sus instituciones, así sean defectuosas, porque de lo contrario estaríamos frente a la destrucción de la democracia y caeríamos en manos de los que quieren imponer un régimen totalitario en el cual no haya derechos políticos, ni sociales ni económicos.
