“La Montaña Sagrada”. 3ª Parte “Las Ruedas del Tiempo”

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Por Rafael Gómez LLinas

El capitán y la tripulación de la Nao invasora todavía confundidos, no terminaban de superar el susto que les produjo la repentina aparición del anciano Mamo en la cubierta, al que por un momento confundieran con la imagen de una innombrable y sulfurosa oscuridad, que impregnada aún en sus ropajes, desalojaba de sus mentes sus cómodos paradigmas de verdad y salvación, descuajando de paso de sus almas la promesa creída de su propio paraíso. Con esa sensación de miedo y el asombro que sentían por las profecías y explicaciones del Mamo Tayrona, arremolinados en el castillo de la cubierta principal escrutaban desconfiados la “Tutu”, la mochila indígena, ese “Universo” entregado como presente de bienvenida por el Mamo al capitán..

Mientras tanto, el anciano Tayrona, hablaba y hablaba, y tal vez, al percibir la confusión de los invasores, repentinamente se quitó su “Tutusoma”, su gorro, y señalando el pequeño orificio en la parte alta del mismo, con una sonrisa y en voz alta les dijo: ¡Tikun!(1) ..

Y sin esperar interrogante alguno, ni dejar de señalar repetidamente con su dedo índice el pequeño orificio del Tutusoma, el anciano siguió diciendo: ¡Tikun!: Un campo cerrado que concentra las energías… ¡Tikun!: El espacio en el universo, con esta misma misión del orificio del Tutusoma de confinar y concentrar energías, que devora estrellas, planetas, gentes, luces y pensamientos, cuando al dar cumplimiento a su destino, misión y propósito, los convierte sin perder su memoria, en fuente de materia y energía renovada para iniciar con el principio del tiempo, otro momento de la creación. Ese acto de voluntad del pensamiento original, Tikun, creó el universo. Actos sucesivos de voluntad de este pensamiento original y de los Padres y Madres del Mundo, fueron creando después al Planeta Tierra, a la Sierra Nevada, a la vida, a los pueblos del macizo montañoso y después, a los hermanitos menores. Actos de voluntad del hombre indígena lo conservan y cuidan: los pagamentos, la cultura del respeto a los valores naturales y la ciencia tradicional…  ¡Tikun!..

El anciano Mamo les siguió hablando y explicando que el “Tutosoma” o gorro  de lana que cubre la cabeza de los Mamos, como todos esos elementos que conforman su indumentaria, obedecen a una clara intención. Ellos son una remembranza de los picos de la nevada y cuando un joven Arhuaco la utiliza por primera vez, se compromete de por vida y con su vida, a resguardar como estos lo hacen, el equilibrio de la “Montaña Sagrada”. Ese gorro alto y cerrado, más que un elemento decorativo o de protección contra las inclemencias del clima, es además un complejo laboratorio, una cámara que produce un espacio oscuro sobre la cabeza con un pequeño orificio en la parte superior, en todo el centro, por donde penetra siempre en las horas del día un diminuto rayo de luz solar, un finísimo haz de luz concentrada que toca algunos puntos muy específicos en la cabeza del Mamo..

Durante el  transcurso de las horas del día, con el movimiento de rotación de  la  tierra, ese rayo de luz hace un recorrido por la cabeza, igual al que hace el sol sobre la tierra desde el amanecer hasta el atardecer, e Igual al que hace el sol al interior de las Kankurwas mayores: Templos ceremoniales, espacios oscuros, cerrados, en forma de domos, coronados por un orificio en lo alto y en el centro de ellos, por donde el sol se filtra haciendo un recorrido que va variando de acuerdo con el cabeceo de la tierra y las estaciones…

En el transcurso de la traslación de la tierra alrededor del sol, ese rayo de sol hace su cabeceo y va tocando todos los planos de la cabeza del Mamo con un recorrido que se repite diariamente, una y otra vez, en todos sus ciclos de rotación y traslación. Ese rayo de luz hace, tantos caminos en la cabeza del Mamo como días tiene el año. Esos surcos se asemejan a los 36 meridianos principales y a todos los secundarios en que está dividida la Línea Negra, el gran perímetro de pensamiento del Corazón del Mundo(2), cuyas cantidades, medidas y proporciones sumadas, siempre darán como resultante el numero nueve. Siempre, estarán en una sincronía con ese numero, base numérica del cuadrado de la velocidad de la luz: 90.000.000.000 km x seg, esa constante cosmológica que va dejando su rastro de armonía en todo el lienzo de la cosmogonía de los hermanos mayores, signada desde siempre por el numero nueve. Esa simetría y correspondencia con esa constante numérica, establece una clara sincronía, una armonía y resonancia de su pensamiento con todo el Universo..

Esos 36, 360, o tal vez 3.600 sitios de pagamento sobre la Línea Negra, tendrían sincronía con las 360 veces que la luz recorre la cabeza de los Mamos al interior del Tutusoma, durante los 365 días que dura la traslación de la tierra alrededor del sol… ¿Por qué entonces serian 360 veces, si la traslación completa de la tierra tarda 365 días?… Eso obedecería a que el viaje hacia la oscuridad del hemisferio norte de la tierra en el solsticio de invierno se aminora el 21 de diciembre, transitando por el mismo meridiano antes de devolverse en su viaje hacia la luz, lo mismo que sucede en el de verano en su camino a la oscuridad, sumando ambos esos cinco días.  Eso significa que la luz al interior del Tutusoma durante esos cinco días de quietud repite su recorrido por el mismo surco, razón por la cual sus meridianos de recorrido serian 360 y no 365 como días tiene un año..

Ese gorro se comporta de manera similar a una cámara fotográfica. La luz que pasa por el diafragma no es un solo y solitario haz de luz. Es toda la luz que pueda abarcar o que enfoca el lente de esa cámara. Y todas, absolutamente todas las imágenes. Así, por el hueco de ese gorro pasa toda la luz del campo que abarca su visión. O sea, concentrada, toda la luz del sol y mucha de las energías elementales del Universo. Toda la que abarca el campo de su enfoque. Normalmente una cabeza humana expuesta a la luz, la recibe de manera dispersa, débil y solo una parte de ella. Ese hueco diminuto encima de el Tutusoma concentra en el día un haz de luz solar, un campo de la energía de un vasto costado del universo, y en las noches, la luz de todo el mar de estrellas y galaxias de una de sus  esquinas. Esta energía concentrada, recorre de manera ordenada, repetitiva y exacta, todos los puntos y planos de la cabeza del Mamo en el trascurso de los días y de los años, y con la alternación de las dos polaridades, día y noche, se activan todos los puntos de interconexión energética del cerebro, y lo potencializan..

Ese pequeñísimo hueco es un campo de confinamiento de la energía. Es similar, es holístico en sus proporciones, al punto por donde surge toda la energía y materia del universo en el momento del Big Bang en el horizonte de sucesos del anverso de Tikun, ese enigmático y feroz agujero negro por donde todo en el Universo se consume, para que después por su otro lado, en otro plano dimensional, vuelva a nacer en la colosal explosión de su singularidad. Son espacios de alta densidad. De concentración altísima de la gravedad, del electromagnetismo, y de las interacciones fuerte y débil. En resumen es un campo holístico de gran unificación de las energías y del espacio-tiempo en el universo, que también guarda similitud y correspondencia absoluta, con el umbral que separa a la vida de la muerte… y al revés.

Toda esa energía unificada, la reciben los Mamos a través de esa oscura cámara en el interior del Tutusoma que cubre su cabeza, lo mismo que en las Kankuruas mayores de Makuoro y Arumuke, que sirven para atrapar esas energías cósmicas y así, arar con ellas el campo fértil  del pensamiento de los hermanos mayores..

El 21 de junio día del solsticio de verano, los Mamos hacen un ritual para recibir las fuerzas y el poder de la luz del universo en la amplitud del día más largo del año.  En ese día, el recorrido solar sobre la tierra, al interior de la Kankurua como en el Tutusoma, es mucho más largo, más amplio y duradero. Es el momento de máxima apertura de la luz en la creación y es un símbolo del momento de mayor  claridad del pensamiento. De más altura de la conciencia..

En todas las Kankuruas y Kansamarias(2), en las “Tierras Sagradas” de la Sierra Nevada de Santa Marta, en Busintana, Arumuke, Makuoro y en Nabusímake la ciudad ceremonial, los Mamos celebran en esas fechas, rituales y pagamentos para recibir esas energías y para agradecerle a la madre tierra por permitirles ser participes de ellas, con su acto maternal de inclinarse justo lo necesario para que se geste la magia de este día..

Y a diferencia de todo eso, en los Equinoccios, el sol cae perpendicular a la tierra en un balance perfecto con sus hemisferios. El día y la noche son iguales y la luz penetra por el agujero del Tutusoma de los Mamos, sin ninguna inclinación. Totalmente perpendicular y en perfecto balance con los dos hemisferios cerebrales, abre canales de interconexión con las energías cósmicas y reafirma las respuestas de la inteligencia emocional, con el balance de esos dos hemisferios cerebrales. Alinea, los siete chacras principales y aviva toda la energía que asciende por la columna vertebral de los Mamos, iluminando su conciencia. Es el momento del silencio de la naturaleza, de su balance, de su equilibrio, de su armonía. Del equilibrio de las dos fuerzas primigenias: Serankua y Seukukui… Es, el espacio de Aluna, el momento del pensamiento, de la idea, del sueño de la creación..

Y así como la “Tutu”, la mochila: Un “Universo” usado por los hermanos mayores, para guardar su Poporo, su Ayo, la Totuma, los cuarzos de la Yátukua para la adivinación, el Caracol para los sonidos ceremoniales, el Tabaco, el Frailejón y los algodones para las limpias, las piedras blancas y negras, y las plumas de aves para los pagamentos, las cuentas de colores y los hilos para las aseguranzas, sus sueños y sus pensamientos de vida, tejidas por las mujeres para el hombre a partir de un pequeño orificio en todo el centro de su fondo, desde el cual se ve claramente como se desenvuelve todo el tramado de ella desde su génesis en un pequeñísimo punto, hueco, sin nada, desde el cual increíblemente parte todo su tejido, y en forma concéntrica se expande con el hilo del tiempo ¡como lo hace el Universo!, el “Tutusoma”, es el enlace que vincula y  hace participe al Mamo de las energías y de la luz de fondo de todo el universo,  tal como aquel “creador, que después de “pensar” la creación, se introduce en ella para siempre, en cumplimento del sentido holístico de esa misma creación”..

Así, son todos ellos..

Continuará..

Santa Marta, Corazón del Mundo, 182 días después del confinamiento..

(1).- Tikun: Símil en la tradición indígena IKA Arhuaca, de los “Agujeros Negros”: Colosales fenómenos cósmicos descritos  en física teórica y  astrofísica, en donde al interior del horizonte de sucesos de esa singularidad, la gravedad es tan intensa que colapsan la materia, la energía, el tiempo, el espacio y  todas las leyes de la física. Ni siquiera la luz se escapa de ese poderoso campo gravitatorio. Pero que además, en  la cosmogonía IKA. Arhuaca, esta descrito con sorprendente anticipación a la física, como  “un acto de voluntad del pensamiento creador del Universo”..

(2).- Kankuruas y Kansamarias: Templos ceremoniales de los hermanos mayores de la Sierra Nevada de Santa Marta.  Llamados Kamkuruas, por los Arhuacos asentados en la ladera sur de la Sierra  y Kansamarias, por los Koguis en la ladera norte..

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