Por: David Camargo Macías, Representante estudiantil ante el consejo superior.
En los últimos años, se ha venido luchando incasablemente por tener en Colombia educación gratuita y de alta calidad. Los diferentes estamentos universitarios han marchado para lograr la gratuidad en Sistema Universitario Estatal (SUE), lo vimos en noticas, redes sociales y escuchamos por radio la vehemencia con que se exigía un derecho consagrado en la constitución política, el derecho a la educación. A pesar de todas esas manifestaciones, aun se ve lejana la anhelada gratuidad en el país.
Inicia el 2020 y consigo trae un virus declarado como pandemia por la OMS, declarándose en Colombia un estado de emergencia, económica, social y ecológica por el presidente de la república, donde las familias lo viven en el día a día. El cierre de locales comerciales, restaurantes y bares es inminente y nos adentramos a algo antes impensable como una cuarentena, donde nos limitábamos a salir solo un día a la semana solo para hacer mercado, pagar un recibo o hacer alguna diligencia bancaria, Las empresas del sector turístico cerraron sus puertas y el DANE, devela una crisis que tiene como señal la caída en un 15,7% de la economía colombiana en el segundo trimestre del 2020, lo que ha ocasionado lesiones significativas en los sectores económicos y la educación no ha sido la excepción a esto.
Si bien, en un departamento como el Magdalena, ubicado en el cuarto lugar en pobreza monetaria y la séptima en pobreza multidimensional, donde ya de por si se vivía una crisis ahora se suma la de esta pandemia, familias enteras luchan por conseguir alimento, no perder la vivienda en la que habitan o poder pagar los servicios públicos.
Ahora se suma una nueva lucha por la matricula 0 en la universidad pública del Magdalena que, a pesar de todas esas marchas, manifestaciones y movilizaciones estudiantiles, no se tenia respuesta por parte de los gobiernos, nacionales, departamentales o distritales ¿Era necesario una pandemia para lograr matricula 0? Si bien es una pregunta que muchos se realizan, la verdad es que después de cinco meses de haberse decretado el estado de emergencia, aun esto no es una realidad.
Hoy gracias al esfuerzo institucional de la Universidad del Magdalena, un aporte del gobierno nacional y algunos alcaldes de municipios del Magdalena, 9.449 estudiantes cuentan con matricula 0 y 6.255 estudiantes con un alivio del 50% de descuento, Pero entre esos últimos, la gran mayoría pertenecen al distrito de Santa Marta y aun así la Alcaldía de la ciudad no ha aportado recursos para esta gratuidad.
Es necesario resaltar que esta ciudad se ha visto fuertemente golpeada por la crisis y según la Cámara de Comercio de Santa Marta cerca de 60.000 empleos se han perdido, y como consecuencia, los estudiantes que dependían de dichos empleos se encuentran con gran dificultad para pagar sus semestres ¿qué será de ellos? Actualmente solo la Universidad del Magdalena ha creado diferentes estrategias para estos estudiantes, un crédito a corto plazo sin intereses, pero no es más que trasladar la preocupación a la cartera de la universidad y de estos estudiantes, cuando la responsabilidad la debe asumir la mandataria distrital.
Sin embargo toda la discusión se ha trasladado a la gobernación, quitándole también la responsabilidad que tiene la alcaldía de Santa Marta para con los estudiantes samarios de la Universidad del Magdalena, donde su sede principal es en la ciudad de Santa Marta, y mas del 50% de los estudiantes son samarios, si de acuerdo a palabras expresadas por el Gobernador, por primera vez se alinean los planes de gobierno departamental y distrital con este gobierno, ¿por qué no se alinean los recursos para la gratuidad de los estudiantes? Solo se necesita voluntad, de personas que vivieron la vida universitaria y conocen la realidad de los estudiantes de esta alma mater.
No queda más que seguir con esta lucha, deseándole a los estudiantes un feliz inicio de semestre, y que encuentren en el camino del conocimiento de esta antorcha luminosa del caribe, la forma de olvidarnos un poco de tantas malas noticias y vivir a través de la virtualidad la felicidad de estar en la Universidad del Magdalena.
