Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza
Mas política social, significa, en contexto de integralidad, mayores soluciones, en decir de estudiosos de las ciencias sociales, especialmente por cuanto no le darían campo a que la siga siendo como hoy, escenario propicio para generar poder y riqueza, vaya paradoja. Entre nosotros, es palmario, el combate contra la pobreza ha fracasado por donde se le mire, basta mediarla asociada a otros procesos y es el resultado que encontramos. Revertir lo cual y establecer algún resultado positivo, en verdad es tares asaz difícil, de no articularse con otros procederes que garanticen su éxito.
Es pensar por ejemplo en no seguir cometiendo errores en el diseño de las políticas, atacar a fondo la corrupción, tampoco continuar dando tumbos en el esquema de las entidades instituidas y por ende responsables de debelar la pobreza. Y no es que el problema de la pobreza carezca de solución como algunos sostienen, sino que no ha sido posible desde las instituciones oficiales debido a la falta grave de voluntad y decisión política, así como de la ejecución de lineamientos que en realidad y verdad consulten prioridades sobre la base de las propias como reales necesidades de la población, principalmente la marginada, que es la que mayormente sufre tal situación.
Es realidad inmensa que el fenómeno y a la vez flagelo de la pobreza se hace más complejo en un territorio como el nuestro, que jamás ni nunca se ha caracterizado por la imparcialidad o por la eficacia institucional ni por las políticas que desde ellas se esbozan y ponen en práctica, como tampoco por la transparencia de su desempeño. Repito, no es que tal problema no tenga solución, sino que pareciera que no les asiste ningún interés en ello, a efecto de seguir sometiendo a las gentes al escarnio de tener que acudir cada día y cada vez más a la mendicidad oficial.
El combate contra la pobreza deberíamos verlo como una grande oportunidad para aliviar a las personas de diferentes maneras de dependencia y enseñar a la gente en condiciones de pobreza a producir, en lo que valido es acabar gradualmente con el paternalismo de Estado. No más errores es lo que demanda la actual situación de pobreza que padecemos, e ir tras una política social sólida que esté centrada, interesada más que en el control político y económico de quienes la sufren, en su real como efectiva promoción y liberación.
En esto de combatir la pobreza se requiere la compilación de datos ciertos que reflejen la verdad verdadera de lo que con este fenómeno sucede, hacerle caso a los guarismos que tales investigaciones, reportes, análisis e informes arrojen, y que lo cual sirva camino a definir estrategias que faciliten a la gente la posibilidad de superar la pobreza, y que la misma no se afinque, como es hoy, como instrumento de inventario electoral y desvalijamiento del erario público. rubenceballos56@gmail
