Las víctimas de Tasajera

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Por: Carlos Andrés Salas Campo
Tasajera, un pueblo de la  Costa Norte de Colombia, marginado, olvidado por el Poder Central, y de manera general, desconocido por sus compatriotas, hoy ha sido enfocado por las cámaras y centro de todo tipo de comentarios, debido a una tragedia que enluta a toda esa comunidad: un camión cisterna, en el que se transportaba gasolina, se volcó y varias decenas de personas se acercaron a sustraer la gasolina en pimpinas y sin ningún tipo de protección. Mientras lo hacían, el camión explotó, dejando inmediatamente 7 víctimas fatales, que aún no han podido ser identificadas y otras 49 personas heridas, que se debaten entre la vida y la muerte, de las cuales, a la publicación de este artículo, han muerto 10, dejando un lamentable número de 17 víctimas mortales, el cual está en aumento, debido a la gravedad de las heridas…
Mañana seguramente la gente de Tasajera  será olvidada nuevamente, tal como sucedió con los niños víctimas de la tragedia del Bus de Fundación o como sucede con cualquier tragedia que acontece en este país.  Triste y paradójicamente, así es el vaivén de la vida: hoy nos conmocionamos para bien o para mal por tal situación, mañana será otra  la que nos mueva la fibra.
Los que nunca olvidarán esta tragedia son las víctimas; los sobrevivientes cuyas marcas en su piel les recordará por siempre lo acontecido; la madre que perdió a su hijo; la esposa que perdió a su marido; los niños que perdieron a sus padres, a ellos les debemos respeto, sin embargo, tal respeto se ha ausentado de las redes sociales, porque una oleada de memes ha sacado a relucir lo peor de muchos.
Señores, no es el momento de burlas, de chistes, de críticas, de intentar sacar provecho político de una situación tan desastrosa ¡no, no es el momento! independientemente de quién sea el culpable, no somos quién para juzgar; por el contrario, en instantes como este, debemos mostrar lo mejor de nosotros. Es momento de ayudar, de tender la mano a esa madre que vela por el cuidado de su hijo, la de ese hermano que cuida incansablemente a su hermano desde las afuera de una clínica, o a esos hijos que esperan optimistas noticias de su padre. Es el momento preciso para demostrar lo unidos que podemos ser; pero no, tragedias así terminan dividiéndonos más, polarizando más, porque queremos aprovechar cualquier cosa para señalar.  No hay respeto, no hay valores, no hay nada. Este es el nuevo infierno: las redes sociales.
Ha sido espantoso tener que ver todo lo que las redes sociales tuvieron para mostrar de Tasajera. Muchos, conscientes del dolor solidario que debemos sentir, mostraron su apoyo a las víctimas y a sus familias, pero otros, al momento de hacer, escribir, o apuntar no se detuvieron a pensar en lo espantoso que es para las víctimas esa tragedia. Con cada meme serán revictimizados una y otra, y otra vez. Eso, aparte de tener en estos momentos el corazón acongojado de sufrimiento y un dolor sin tregua, generará odios y resentimientos, no sólo con quienes hicieron los memes y se atrevieron a publicarlos o a compartirlos, sino además con esas miles de personas que pulsan “like”, a las imágenes “burlonas” y grotescas, que azotan los corazones adoloridos de las víctimas. Solo pensar en el sufrimiento de esas familias debería ser suficiente para guardar respeto, pero no es así. ¿Qué nos está pasando?, señalamos de ignorantes a las víctimas directas de esta tragedia, pero no nos percatamos de que prolongar su sufrimiento nos hace verdugos, prendiendo llamas incesantes, que cobrarán vidas y multiplicará a las mártires de esta ya dolorosa situación.
Que falta de empatía tan grande. Que deshumanización la que se está sufriendo. No importa lo que se piense de esta tragedia, lo que realmente importa son esas personas que, desde este lunes, la vida les cambió para siempre.  Entiende algo: ¡el mundo no gira en torno a lo que pienses! Así que, por lo menos esta semana, mientras sea noticia la “Tragedia de Tasajera”, el mundo debería girar en torno al sentir de cada una de las víctimas, en su sufrimiento, en su dolor; solidarizarnos y guardan silencio. Si no tienen nada bueno que decir o hacer para ellas, es mejor que se abstengan de hacerlo. Esa búsqueda desesperada de “likes” puede dañar muchas vidas.
No hay mucho que decir en esta oportunidad, no hay palabras suficientes para expresar el mar de sentimientos que despiertan tragedias así. Sólo queda por decir, que ojalá nunca vuelva a suceder algo semejante; que algún día las redes sociales no sean el infierno que son, con llamas vivas e incesantes; que el número de víctimas fatales no aumente y que los heridos se recuperen pronto.
PD. A los políticos les digo, den ejemplo, un buen ejemplo. No busquen culpables en sus enemigos políticos, ni señalen por señalar.  ¡No nos dividan más! Lo único que generan las divisiones son tragedias más grandes.   Mejor… ¡vayan y ayuden!

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