En meses pasados, se conoció que el médico José Julián Buelvas internista e intensivista que trabaja en la unidad de cuidados intensivos de la Clínica Materno infantil Adela de Char, en Soledad, Atlántico, recibió amenazas en su casa, en donde lo acusaban de haber dejado morir un paciente por coronavirus, y junto con la amenaza, le llevaron una corona fúnebre que dejaba claro el mensaje.
El profesional de salud realizó un video en redes sociales y de la misma forma puso a las autoridades a que se hicieran cargo de la situación.
Hoy, luego de investigaciones por parte de la Policía, el general Ricardo Alarcón, comandante de la Policía de Barranquilla, entregó avances que habían logrado luego de un mes de indagaciones.
Así mismo, dijo que hay tres principales conclusiones. La primera que mencionó es que al analizar las pruebas y la narración encontraron que hubo una sofisticada “planeación y una ejecución”.
Comenzó con la toma de fotografías de los lugares que frecuentaba el médico y que le fueron entregadas con las coronas fúnebres en su vivienda, en Barranquilla, y oficina, en Soledad. Además, existió una “coordinación que hizo esta persona con los dueños de otro vehículo, así como la ejecución de los mismos hechos entregando las notas amenazadoras” reveló el general.
Según el general, el autor de las amenazas, “tiene una relación afectiva con un médico compañero de trabajo del doctor Buelvas” y por lo tanto concluyeron que “estas amenazas no obedecen al ejercicio propio del médico y tampoco corresponden a casos que tengan que ver con la pandemia, sino a otro tipo de motivaciones”.
El autor de las amenazas contra Buelvas, fue identificado como Candelario Rómulo Bravo, y será imputado de manera virtual el próximo 7 de julio. En la diligencia, la Fiscalía también pedirá medida de aseguramiento, según la citación difundida por Abelardo de la Espriella, abogado del especialista.
