Génesis de los grupos armados en Santa Marta

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Por Lerber Dimas Vasquez

Las dinámicas violentas recientes y el narcotráfico han hecho del distrito de Santa Marta un entramado de posibilidades para la permanencia de los actores armados y de la asociación para delinquir. Desde el 2002, la Defensoría del Pueblo ha alertado permanentemente los escenarios de riesgos para el distrito: 2002 (Alerta Temprana -004-02), 2004 (Informe de Riesgo 085-04), 2005 (Informe de Riesgo 032-05), 2006 (Informe de Riesgo 045-06), 2009 (Informe de Riesgo 009-09), 2012 (Informe de Riesgo 016-12), 2013 (Informe de Riesgo 013-13), 2017 (Informe de Riesgo 010-17) y entre el 2018 y 2019 (cuatro Alertas Tempranas –la 026-18, la 045-18, 044-19 y 018-19). Estos escenarios, en su conjunto fueron reales y obedecen a problemáticas estables, sin que desde esa fecha se haya logrado una intervención efectiva que facilite la estabilización y la seguridad de su territorio. Santa Marta no tiene una Política Pública de seguridad y ha sido un tema menor dentro de las últimas administraciones.

Este artículo es una aproximación en contexto. Es importante mencionar que el crimen muta constantemente y que esta mutación, que es casi a diario, obedece a la premisa oportunidad y riesgo, en la actuación simple del carácter delictivo en las estructuras más bajas, como las que azotan el Centro Histórico de Santa Marta hasta los diferentes Grupos Armados cuyo dominio y capacidad de violencia es mayor. El mapa delictual ha variado en los últimos 14 años luego de la desmovilización paramilitar en el 2006. Cada año el distrito de Santa Marta se ha visto evocado a pugnas por el territorio que elevan los indicadores de homicidio, desplazamiento forzado y desaparición forzada. Esto no ha cambiado y llama poderosamente la atención la pasividad estatal, departamental y distrital para controlar este flagelo. En lo que va corrido de este año (2020) no solo se está cercano a superar el número de homicidios en relación con el año 2019, sino que preocupa la incidencia de actores y la pluralidad de delitos que se están asociando. A la fecha de este artículo van 53 homicidios, en pleno confinamiento.

La nueva configuración armada en el distrito de Santa Marta con influencia sobre algunos municipios del departamento del Magdalena y de la Guajira da cuenta de la capacidad de madurez de los grupos Armados Organizados cuya naturaleza tiende a devolver el dominio del paramilitarismo, en su montaje natural, a cuando estaba en manos de Hernán Giraldo Serna, el Clan de los Rojas y el Bloque Norte. A esto se le conoce como: recuperación de la zona. De ahí la importancia de bajarle el nivel a la violencia y aumentar el dominio y la sujeción mediante la intimidación, el miedo y la participación política a través de terceros (parapolítica).

En Santa Marta, en los últimos 14 años, después del papel hegemónico del Frente Resistencia Tayrona, han pasado un número casi igual de estructuras criminales; 13 y siendo justos, al menos las más violentas, en el periodo Caicedo-Martínez.

La improvisación en la seguridad es el resultado de su mala planeación y ese modelo de gestión, es la consecuencia de lo que tenemos: limpieza social, disputa territorial, aumento en las extorsiones, atentados, sicariatos y amenazas por doquier. Santa Marta entró en 2012, dentro del ranquin de las 50 ciudades más violentas del mundo; posteriormente salió, pero no por una estrategia sino porque un actor armado dominó y creó una paz relativa.

La Oficina Caribe y la estructura criminal de alias la Silla, son los que vienen alterando, desde el 2012, el orden público. Pese a que en algunos momentos, han tenido tensiones, los han resulto con diálogos entre bandidos, aunque, no sin antes, asesinar mutuamente a algunos de sus integrantes. Esta relación ha estado medida por la soberanía en los negocios y el trato económico, que algunas veces se ha roto y ha desequilibrado la paz relativa que sostiene. Cada una de esas estructuras tiene un brazo armado: alias la Silla tiene su propio grupo de sicarios que solo están disponibles para trabajos que vayan en función del narcotráfico, mientras que la Oficina Caribe, con los Pachencas, ahora: Autodefensas Conquistadoras de la Sierra, controla el territorio y avanza para fortalecerse como estructura criminal armada en hombres-arma y territorio.

A mediados del 2006 aparecen los leales a Giraldo; luego, las Águilas Negras y casi inmediato: los Mellizos. En el 2008 se funda el Bloque Nevado y luego aparece el Bloque Cacique Arhuaco, quienes fueron derrotados por los Paisas. El Bloque Nevado, al ser una estructura orgánica al cartel del Norte del Valle, trae a los Rastrojos, para recuperar y es donde aparecen, por primera vez, los Urabeños, en 2012.

A partir de ese año, regresa la Oficina Caribe y quedan unos leales a los Urabeños al mando de alias Garfio, entra en furor alias la Silla y de esa triangulación son nombrados los Pachencas, que desaparecen, a mediados del 2019, para dar paso a las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra. A propósito, los Pachencas nacen en nombre en el 2016 cuando la excoronel Sandra Vallejo era comandante de la Mesan., ellas los bautizó con ese nombre, incluso antes de esa fecha, circuló un panfleto para amenazar periodistas a nombre de la Oficina Caribe o los Giraldos. La reto a que demuestre lo contrario, porque alias Chucho Pachenca estaba desde el 2012 con poder y a dos días del primer año de su muerte, seguirlos llamando Pachencas no solo demuestra el desconocimiento de las dinámicas violentas sino una muy baja capacidad de inteligencia.

A este entramado criminal, se le alertó, desde el 2018, con la llegada del Cártel de Sinaloa para fortalecer el narcotráfico y sus redes criminales. Nadie nos quiso escuchar. De hecho, alias Popeye, ante de ser recapturado, estuvo en la Sierra Nevada de Santa Marta negociando esa entrada que viene de la mano del Clan del Golfo o los Urabeños.

En síntesis: son 13 grupos criminales tipo paramilitar que han hecho presencia en 14 años, tomando como punto de partida la desmovilización del Bloque Norte. Se han sostenido y su nivel de fortaleza es inmenso, asesinan a quien se interponga entre sus intereses sin ningún tipo de sanción o persecución penal. Prueba de ello, los múltiples asesinatos no resueltos y  sensibles de líderes, profesores y defensores: Martín Darío Rojas Montoya, Aury Estela González-Rubio Ibarra, Humberto Villada, Maritza Quiroz, Joaquín Trujillo, Wilton Ortega, las tres mujeres de Timayui y recientemente, Alejandro Llinás.  Solo por citar algunos casos.

En el distrito de Santa Marta existe un problema grave con la seguridad y la respuesta es tratar de banda criminal ilegal a quienes hacemos este ejercicio riguroso y académico. Los muertos están allí y no pueden ocultarlos; tampoco la realidad del territorio. Enviar emisarios para amedrantar y generar noticias tendenciosas solo para callar no es propio de un gobierno que se ufana de democrático. Mejor que nos digan de una vez que estamos bajo una dictadura y así uno se evita una muerte trágica, violenta  o dolorosa o deja de estudiar el conflicto y su relación con el territorio; incluso los posibles alianzas con ellos mismos.

Tengan en la cuenta que el próximo año Giraldo estará caminando por sus calles. Hablar de recategorización sin entender sus redes y su capacidad ofensiva es un error. En una próxima columna les escribiré sobre la derrota militar del Frente 19 de Farc-EP., a partir de los operativos militares, San Jorge, Conquista y Reconquista, en el gobierno de Uribe y de cómo los ciclos violentos regresan en condiciones similares.

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