En los últimos días el gobierno ha repatriado a cientos de personas, aunque todos deben cubrir el costo de sus pasajes para que les puedan gestionar un espacio en los “vuelos humanitarios”. Igualmente tendrían que hacerlo estas personas quienes deberán pagar cerca de 450 dólares (1’710.000 pesos, aproximadamente) si quieren salir de Brasil, el territorio actualmente más contagiado en Suramérica.
Son 346 colombianos los que la cancillería ha repatriado desde Brasil en tres vuelos comerciales desde el inicio de la pandemia por COVID-19, siendo curioso que el pasaje se les cobra doble debido a que tendrían que pagar lo que cuesta que el avión vaya por ellos hasta allá, ya que viaja vacío.
Los colombianos varados en Brasil se han mostrado impotentes ante la imposibilidad de pagar los costosos pasajes, niños y adultos comenzaron a llegar al aeropuerto internacional de Guarulhos, en Sao Paulo, hace varias semanas, a esperar ayudas por parte del Gobierno.
Claudia Blum, ministra de relaciones exteriores de Colombia, indicó que la mayoría de estas personas residían en Sao Paulo, o tenían donde alojarse en las noches y que sin embargo les ofreció junto a las autoridades brasileñas apoyarlas con albergue, pero ellas se negaron a trasladarse al lugar.
Ante la presencia del colombiano en el aeropuerto de Sao paulo, los funcionarios de este ya han contactado con el Consulado y la autoridad colombiana, para buscar una pronta solución
Lo mismo ocurrió hace menos de un mes con un grupo de colombianos en argentina, quienes denunciaron por los altos costos para el retorno, indicando que desde la cancillería de Colombia les ofrecieron un vuelo de repatriación, pero el valor d ellos tiquetes era de 800 dólares ( $3.00.000 aproximadamente) algo que en el momento no podían asumir.
Los “vuelos humanitarios” no son tan humanitarios como parecen, cientos de connacionales se encuentran retenidos en diversos países ante la falta de dinero, añorando poder volver nuevamente al país y a la espera de que por lo menos la Embajada disponga de recursos para la alimentación y alojamiento y hagan un poco más llevadera la tristeza y frustración que los embarga de no poder volver.
