¡Aconsejen bien al Pato para que no la cague más!

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¡Aconsejen bien al Pato para que no la cague más!
Dadas las relaciones de familiaridad con el poder administrativo departamental y local que tiene Carlos Elías Robles, podemos decir, como lo hacen muchos aquí en Santa Marta, que el viernes la ciudadanía la sacó barata, porque el Presidente del Concejo se fue de vacanería a repartir mercados y no, como otros miembros de su familia, a cazar peleas, golpear mujeres o matar personas.
Por: Isabel María Salas de la Hoz
En la tarde del viernes circularon en medios de comunicación y redes sociales fotografías donde se ve al presidente de Concejo Distrital de Santa Marta, Carlos Elías Robles Vega, tomando cerveza junto a varios acompañantes, sentados en lo que parece ser uno de los sectores del Mercado Público, según palabras del susodicho en su cuenta de Twitter.
Esta conducta no es de extrañar en el señor Robles Vega, quien junto con su pareja sentimental: Patricia Caicedo Omar, hermana del actual Gobernador – Alcalde, son asiduos asistentes a bares, cantinas, discotecas y demás lugares donde se expenda y consuma libremente el alcohol: es fácil encontrarlos cualquier viernes o sábado en los antros que abundan en el Centro Histórico.
Ante las solicitudes de explicación por parte de la comunidad y los medios de comunicación, que ejercen control ciudadano y veeduría de la gestión de los servidores públicos y la administración, éste salió a decir que se encontraba repartiendo ayudas humanitarias a personas desfavorecidas, dando a entender con su actitud retadora y despreocupada que las infracciones por él cometidas son cosa menor, dado que infringió la ley en nombre de una buena causa.
El silencio cómplice de las autoridades administrativas, de Policía, de su compañera permanente, que ocupa un alto cargo en el organigrama de la Alcaldía y de sus compañeros de corporación, envían un mensaje claro a la comunidad: como todos nos necesitamos, todos nos protegemos sin importar la ley y las buenas costumbres. Esta situación dice mucho de cómo se manejan las cosas entre administradores, coadministradores y entidades de otro orden, para no pisarse las mangueras y poder pasar inadvertidos frente a la opinión pública, haciendo caso omiso del clamor popular.
Se pregunta uno acá inocentemente: ¿por qué la Policía no actuó según lo establecido en el Código de Convivencia y Seguridad Ciudadana? ¿Por qué tuvo Virna Jhonson que dar la orden de aplicar las medidas administrativas a las que se hizo acreedor el Concejal Robles? ¿Por qué presentó recurso de apelación ante una violación tan clara a las restricciones de movilidad y ley seca? ¿No se enmarca el actuar del Concejal Carlos Robles en lo que el citado Código de Convivencia y Seguridad Ciudadana ha tenido a bien nombrar: Conducta Contraria a la Convivencia? ¿Tiene algo que ver en esta demora la influencia que ejerce la hoy Secretaria de Seguridad, Sandra Vallejos Delgado en los hombres que integran la Policía Metropolitana de Santa Marta? ¿Estamos frente a la configuración del delito de Tráfico de Influencias?
Además de la demora, se descubrió no solo que Carlos Elías Robles, Presidente del Concejo Distrital, había interpuesto recurso de apelación en contra del comparendo que le impusieron por orden de la Alcaldesa -por salir de su casa un día distinto al que le corresponde al número de su cédula para tomar cerveza con sus amigos en una esquina cualquiera de la ciudad, cual habitantes de calle a los que las leyes y los problemas de salud les son indiferentes- sino que dicho comparendo era educativo, es decir, fue solo un intento por hacer popular a este personaje que a fecha de hoy ha pasado sin pena ni gloria por la Corporación Edilicia.
Dicen algunos, y estoy por creerlo, que, a diferencia de su cuñado Carlos Caicedo Omar, ‘El Pato’, como se le conoce en la calle, es inofensivo. La fama de altanero y patán del primero, del gobernador, se hizo popular a raíz de las declaraciones que en su momento Yolima Ruiz Álvarez entregó a la Revista Cambio 16.
Dijo la viuda de Roque Moreli que sostuvo una relación con Carlos Caicedo y que lo terminó porque este, cuando se alicoraba, acostumbraba a encañonar con sus armas a personas por cualquier motivo, consumir con regularidad sustancias estupefacientes y a maltratar físicamente a quien se encontrase, tanto así, que fue abandonado por su primera mujer, a quien golpeó sin clemencia estando ésta embarazada. No lo inventamos, cualquiera puede leer estas declaraciones en el artículo publicado por la Revista a raíz de los asesinatos acaecidos a inicios del 2000 y por los que sigue siendo investigado el actual Gobernador.
Es un mal precedente para alguien que inicia su carrera política emular las acciones de otro sobre el que pesan acusaciones graves que lo tienen vinculado a muchos procesos penales y otros tantos de orden fiscal y disciplinario, de igual forma, se trata de una actitud totalmente contraria a la que se espera de alguien en quien han depositado su confianza un número significativo de samarios.
Dadas las relaciones de familiaridad con el poder administrativo departamental y local que tiene Carlos Elías Robles, podemos decir, como lo hacen muchos aquí en Santa Marta, que el viernes la ciudadanía la sacó barata, porque el Presidente del Concejo se fue de vacanería a repartir mercados y no, como otros miembros de su familia, a cazar peleas, golpear mujeres o matar personas.
Finalizo este escrito haciéndole una solicitud a: Stalin Ballesteros, Irwin Ríos, Carlina Sánchez Marmolejo, Daniel Sánchez Marmolejo, Vilbrum Tovar, ‘Toño’ Peralta, José Luis Ortega, Jorge Agudelo Moreno, Maureen Robles Vega, Mario Tausa, Rutberth Escorcia, Edgar Salas Ballesteros y Javier Charris, ustedes que se precian de ser sus amigos: ¡Aconsejen bien al Pato para que no la cague más!

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