2020, más sombras que luces

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Recién hemos comenzado el año y todas las previsiones que habían hecho los especialistas se están poniendo en tela de juicio. Los últimos acontecimientos en la escalada de violencia entre Estados Unidos e Irán, han puesto en alerta todas las economías mundiales, especialmente las que dependen del precio del petróleo.

Recientemente, el Banco Mundial ha publicado sus reflexiones y sus previsiones para las economías en este año 2020. Las perspectivas no son muy buenas y tienden más bien a crear cierto pesimismo en la capacidad de recuperación de las más importantes.

Según este organismo, el crecimiento global en 2019 será del 2.4% un poco alejado de los pronósticos de hace algunos meses, mientras que para el 2020 las expectativas estarán sobre el 2.5% muy alejadas también, de los deseos de los ejecutivos de los organismos mundiales.

La desaceleración es general, pero no en todas las zonas se siente de igual manera. La zona euro está seriamente dañada por la falta de respuestas al deterioro industrial de algunos países, especialmente Alemania. La crisis política en España e Italia y la falta de liderazgo en Francia, hacen que la vieja Europa no crezca más de un 1% para este año, con el riesgo para algunos países, de entrar técnicamente en una recesión económica.

Por si fueran pocas estas razones, el brexit duro que se plantea después de la pirueta electoral del Primer Ministro Johnson, no hace sino aumentar las posibilidades de más riesgo de recesión en los países de ese entorno comercial.

La guerra comercial entre EEUU y China ahonda más en la herida y está creando un pánico generalizado sobre el rumbo del comercio mundial. De un crecimiento del 4% en 2018 a un raquítico 1.9% en el 2020. Parece que las aguas no van a desbordarse, pero en el transcurso de su recorrido, dejarán muchos sectores industriales y agrícolas seriamente afectados.

De la cabezonería de los dos grandes, el resultado ha sido desigual. La economía americana crecerá un 1,8 % este año frente al 5.9% de la China. Muy lejos la economía asiática de los crecimientos de dos dígitos de otrora y muy preocupada por la falta de ideas, para volver a poner en funcionamiento la máquina de la renovación industrial.

Con todo esto llegamos a las economías latinoamericanas con desigual comportamiento. El global de la región será del 1.7%, muy alejada de las necesidades de los países más demandantes en ampliar sus recursos para ir saliendo de la crisis que permanente los embarga.

Brasil paralizada por las excentricidades de su nuevo gobierno, prevé una ligera subida, que para los más optimistas podría duplicar el crecimiento previsto para este año. La falta de confianza en la economía con la llegada del Presidente Fernández y sus viejas recetas, no ayudan en nada a la confianza de los argentinos. La sociedad ya cansada de miles de promesas está frustrada por la falta de esperanza de generaciones enteras que esperan alguien los saque de la pobreza y les enseñen el camino para seguir luchando por una vida mejor.  Al final la histórica resignación a que pongan una nueva cortina de humo y terminen haciendo lo de siempre, ósea nada. Y claro está, México a la deriva económicamente debido a la falta de gestión de su nueva administración que se pasa el día prometiendo, pero no gestionando, las ingentes desigualdades y problemas de seguridad que azotan al país azteca.

Nos quedan algunas excepciones que confirman la regla, como Colombia, creciendo por encima del 3%, Panamá, República Dominicana y Bolivia en crecimientos altos, pero muy insuficientes para crear una riqueza sostenida, que les ayude a salir de la debilidad de sus estructuras económicas.

Con estos mimbres tenemos que tejer estos cestos. Los eventos políticos que acompañan las economías más importantes, las guerras comerciales para ver quién es el más listo del barrio, la falta de respuestas a los problemas sociales que azotan a varios países en el mundo, hacen que las incertidumbres crezcan ante la falta de ideas y de liderazgo.

Los viejos políticos están haciendo estos días jornadas extras para explicar al mundo las recetas. Más diálogo, más creación y distribución de la riqueza, más innovación e inversión en otros sectores productivos que saquen a los países de las mono dependencias de algunos ítems económicos y mejores oportunidades para los jóvenes. Una decidida mejora en la inversión de los estados, más eficaz y estratégica, que ayude a impulsar determinados sectores de la economía, para crear riqueza y más empleos firmes y duraderos. Quizás así podamos comenzar esta nueva época con alguna posibilidad de éxito.

Jaime Polanco Soutullo
Columnista exclusivo de Revista7
Empresario y escritor español, fue director general de Estrategia y Desarrollo Corporativo de Prisa, lideró la creación de una gran red de radio panamericana.

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